El sevillano cortó dos orejas tras una faena de inspiración, principalmente, con la mano zurda
Tras cinco años de ausencia en La Monumental de Insurgentes, Morante de la Puebla volvía a la México para enfrentarse a una corrida de Jorge María y San Isidro junto a El Zapata y José Mauricio. Morante de la Puebla recuperaba su relación con México cortando dos orejas al quinto de la tarde, un ejemplar de San Isidro de fondo manejable que el de la Puebla descubrió y aprovechó, principalmente con la mano zurda.
Los naturales de Morante llegaron al tendido e hicieron que vibrara la México en la víspera del día de su Revolución. La plaza en pie con sus muletazos al natural, hondos, expresivos y con una tanda de derechazos que consiguió para el recuerdo tras descubrir las cualidades del astado. Lo mató de media estocada y consiguió el doble trofeo.
Con el primero de su lote, Morante se enfrentó a un ejemplar manso, de rajada embestida y condición deslucida al que realizó una labor sin brillo por los defectos del animal. Por su parte, El Zapata mostró variedad con el capote y banderillas, y voluntad con la muleta ante un primer ejemplar falto de casta y un cuarto ido a menos. José Mauricio mostró detalles de su toreo pero no logró redondear ninguna de sus labores.
Plaza México. Sexta de la Temporada Grande. Toros de Jorge María y San Isidro, 4º, 5º y 6º, de juego dispar. El Zapata, división de opiniones y oreja; Morante de la Puebla, silencio y dos orejas; y José Mauricio, ovación y palmas.
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