Sonia Vidal presenta su primera novela, «En tus manos me encontré»
La doctora más paciente
«En tus manos me encontré»
Sonia Vidal
Libros Libre
160 páginas. 18 euros.
Cuando la enfermedad se ve desde el otro lado se comprenden los miedos y las inseguridades, se descubre lo que es encontrar una mano tendida, lo importante que es sentir el cariño de un médico que en los momentos más duros te ofrece confianza. Él es tu única esperanza, tu tabla de salvación. Traumatóloga de profesión y especialista en cirugía ortopédica, Sonia Vidal presentó ayer su primer libro, «En tus manos me encontré», acompañada por Soraya Sáenz de Santamaría y Julia Navarro, prologuista del mismo. Pero, a pesar de ello, éste no es un libro de médicos, sino de pacientes. Es la historia de una doctora que ha compartido momentos excepcionales cerca de los enfermos y que, desde la empatía, ha sentido la necesidad de ponerse en la piel de uno ellos, que además de paciente también es médico. Sabe que un enfermo necesita no sólo sanar, sino recibir apoyo, una palabra de ánimo que lo acompañe en su proceso: «Cuando vas a traspasar la puerta del quirófano, necesitas una mano que te dé fuerza y no te abandone», algo muy importante para la autora. Olga del Valle, su protagonista, es el trasunto de Sonia Vidal, médica como ella, que ha tenido que abrirse camino en un mundo difícil y predominantemente masculino. Según la autora, «este libro tiene mucho de autobiográfico». Como en él, la protagonista también tiene una hermana gemela, Olivia, y como el Guillermo Santamaría de la novela –el novio médico que la abandona–, también fue el número 33 del MIR.
Julia Navarro, que conoce a la autora desde niña, destaca que, «desde su profesión, Vidal ha estado cerca del sufrimiento y se nota que –aparte de ser una novela de amor y desamor, de sentimientos y de mujeres luchadoras– la novela tiene que ver con su propia peripecia vital, con la necesidad de abrirse camino en la vida a base de tesón y talento, y con la lucha que todavía tienen que hacer las mujeres para ocupar su lugar». La prologuista, autora de éxito, descubre una «obra escrita con elegancia, en la que la autora es capaz de convertir en sutil lo más delicado de una persona, la salud. Trata los problemas sin complejos y con sensibilidad, por eso resulta emocionante». Le reconoce «un estilo directo y conciso, capaz de atrapar al lector hasta la última página, que es lo que da el valor de lo que es un buen libro. Consigue que se empatice con los personajes y se pueda sentir antipatía por otros». En definitiva, una novela llena de sensibilidad». Sáenz de Santamaría ha destacado «la gran dificultad de sobresalir en un mundo de hombres, y la responsabilidad de tener en las manos la vida de otros y lo difícil que resulta pasar de médico a paciente, de sujeto a objeto».
Detectar el mal a tiempo
La vicepresidenta del Gobierno ha afirmado que «España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y es necesario cuidarlo entre los profesionales y los gestores». Por otro lado, ha realizado un paralelismo entre medicina y política por «lo difícil que es dar malas noticias o detectar el mal a tiempo. La política es una ciencia de la sociedad y la medicina, una ciencia de la humanidad. Ambas necesitan de una buena gestión, por eso médico y gobernante han de ir de la mano». Y ha concluido sobre la autora: «A pesar de que dicen que los médicos tienen mala letra, esta doctora ha demostrado tener buena pluma».
La pasión de la letra impresa
Durante dos años dio vueltas a la idea de escribir una primera novela («la literatura me apasiona y es un buen aliado para un paciente», dice) y ahora la ha visto por fin publicada: «El tiempo lo he sacado de las vacaciones, de quitarle horas al sueño...». Porque lo suyo es vocación. Para Julia Navarro esta primera incursión en la novela de Sonia Vidal no se quedará ahí. De hecho, la escritora la anima para que siga por el camino de la pluma. Cada vez que entraba en la habitación de un paciente no podía evitar fijarse en el libro que descansaba en la mesilla. Ahora, por fin, tiene el suyo entre las manos.
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