viernes, 30 de marzo de 2012

EL PODER DE LA ORACIÓN.

Estudios científicos han demostrado que, aunque la oración no trae consigo la curación en todos los casos, puede tener un profundo efecto en la recuperación. En algunos casos, puede incluso obtener una cura total.

Las curaciones milagrosas no pueden ser explicadas del todo. Si pudieran serlo, dejarían de ser milagros. Siempre queda un elemento de duda: Quizá el cáncer podría haber entrado en remisión por si mismo, quizá el tumor no era maligno después de todo. Tratar de analizar una cura milagrosa no la hace más o menos milagrosa. Lo único que hace es crear una atmósfera de cuestionamiento y desconfianza. Por contra, cuando sucede un milagro, nuestra primera respuesta debería ser la de  un profundo agradecimiento. No importa como sucedió la cura, por procesos naturales o por una intervención divina. La cuestión es que sucedió, y ya sólo eso debería darnos suficiente motivo de regocijo.

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