domingo, 11 de marzo de 2012

JAIME MAYOR OREJA: "ESPAÑA DEBE RECUPERAR EL NORTE".

Alfa y Omega
Jaime Mayor Oreja crea la Fundación Valores y sociedad
«España debe recuperar el norte»
El gran desafío de España y Europa no es la economía. Antes aún, está en juego «la confianza en la razón, el sentido de la vida, los fundamentos de la dignidad humana, el concepto de familia...», sostiene el portavoz del Grupo Popular en el Parlamento europeo. Don Jaime Mayor Oreja ha puesto en marcha la Fundación Valores y sociedadpara promover un debate de fondo sobre esas cuestiones. Su primer acto fue un seminario, celebrado la pasada semana en Madrid, con el título Mensajes para Europa: claves de Benedicto XVI

¿Qué se propone la Fundación Valores y sociedad?
El debate político cotidiano en Europa y en España oculta y esconde otro debate previo de mucho mayor calado, que es de carácter cultural, debido a los intentos de relativizarlo todo. Estamos ante el debate más importante de nuestra generación. La crisis económica es lo que más acucia a las personas, pero nuestra generación será juzgada por cómo responde a ese gran debate de carácter cultural y antropológico, a la pregunta, en definitiva, sobre qué concepción de persona defendemos. Para dar esa batalla necesitamos elaborar líneas de acción. Políticos, periodistas, profesores, asociaciones en defensa de la vida... debemos dejar de actuar como el ejército de Pancho Villa: no podemos seguir divididos cuando están en juego cuestiones tan esenciales. Hay un error muy extendido, en mi opinión, según el cual parece que cuantas más convicciones uno tenga, menos estrategia y menos organización necesita.

Usted siempre ha mantenido que esta crisis, en origen, es de tipo moral. Obviamente, se reafirma.
Quien no asuma que esta crisis exige cambios de actitud personal no ha entendido nada. No basta con aplicar políticas adecuadas. Se necesita un cambio de actitudes personales. Nos va a tocar vivir en un mundo nuevo. Ésta es una crisis de fondo, y no simplemente una crisis económica que tendrá un ciclo, para después regresar al punto de partida. No, esto es distinto. Habíamos perdido todos el norte, no solamente los bancos americanos. Habíamos perdido el norte, por ejemplo, viviendo por encima de nuestras posibilidades. Por eso, ésta es una crisis de conciencias individuales, una crisis de decencia, de valores. El reto es recuperar el norte, y eso nos va a exigir empezar a vivir de otra manera.

¿Cómo puede recuperar ese norte una Europa donde no existe ya siquiera el consenso básico sobre qué es el bien y qué es el mal?
Ése es justamente el problema de Europa: una falta de cohesión en los valores fundamentales: el valor de la vida y el significado de progreso, la importancia de la familia y el significado del matrimonio... Todas esas cosas son esenciales para una sociedad. La gobernanza económica está muy bien, pero no resuelve el gran problema de fondo. Algo similar sucede en España. Nos falta cohesión nacional.

¿Qué piensa cuando algunos líderes de la izquierda hacen hoy del anticlericalismo su principal seña de identidad?
La izquierda está claramente determinada a hacer de la radicalidad laicista su razón de ser. La izquierda europea cambió tras la caída del muro de Berlín. Lo determinante no es ya el modelo económico, sino un planteamiento agresivo en terrenos en los que la Iglesia, especialmente, defiende unos valores, a los que la izquierda se opone de forma obsesiva. Ésa es la izquierda que tenemos hoy en España, y en general, en Europa.

¿Qué espera del nuevo Gobierno?
Qué duda cabe de que este Gobierno, en comparación con el anterior, tiene un nivel de solvencia superior, y de que ya no hay un proyecto agresivo de ingeniería social. La principal estrategia de Zapatero, la esencia de su programa, era la ideología de género, el aborto, la redefinición del matrimonio... Con el nuevo Gobierno, existen posibilidades de diálogo claras, porque hay un conjunto de personas que creo que coinciden sustancialmente y en lo fundamental con nosotros. Con ellas hay que saber dialogar, y también exigirles. Debemos ser dialogantes y exigentes a la vez.

¿Qué aporta Benedicto XVI a la superación de la crisis?
El Papa ejercita un liderazgo por la profundidad de su diagnóstico. Creo que una Europa sin liderazgo político claro debe al menos saber escuchar al Papa, porque su diagnóstico se ha demostrado certero. Hay que escuchar hoy más que nunca al Papa, y no sólo los católicos, sino, en general, todos aquellos que confían en la razón.

Sin embargo, el Papa ha subrayado que no basta con conocer las recetas. Frente a la crisis, dijo en su felicitación navideña a la Curia romana, «no están en discusión valores como la solidaridad», pero «falta la fuerza que los motive, capaz de inducir a renuncias y sacrificios».
Ése es un termómetro fiable: cuando no hay esfuerzo, la enunciación de valores no tiene ningún sentido. La aceptación de los valores tiene que producir incomodidad. Enunciar valores sin que uno tenga que cambiar nada en su vida es mala señal. Ésta es una regla de andar por casa, pero segura. Debemos promover la cultura máxima del esfuerzo; todo lo que signifique cultura del mínimo esfuerzo sólo sirve para perpetuar una sociedad en crisis y sin norte.
Ricardo Benjumea

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