lunes, 5 de marzo de 2018

* PACO MATZ CANDELA



A lo mejor muchos podréis creer que mi artículo publicado en la tribuna que semanalmente me cede Información San Fernando es algo dura aunque esa apreciación sea inexacta pues es simplemente real.

Hace una semana que falleciera un buen hombre, un hombre que confió y se confió en todo el mundo aunque algunos de esos no merecieran esa confianza..., un hombre que ofreció su trabajo, su sonrisa, su vida en hacer más fácil la de los que le quisieron, que fueron muchos, y los que le decían querer y que se aprovecharon de él, que fueron unos cuantos, un cristiano, un cofrade, un señor, un caballero...

Os estoy hablando de Paco Matz Candela que muchos han llorado su pérdida, muchos lo han sentido de veras y algunos, como es mi caso, quieren darle su sitio, el que le corresponde por todo lo que hizo en vida, sin olvidarme de nada ni de nadie...

A buen entendedor dicen que pocas palabras hacen falta.

Jesús Rodríguez Arias 




PACO MATZ CANDELA



Cuando supe de la noticia en la cual se nos informaba de la repentina muerte de Francisco Matz Candela me dio un vuelco el corazón pues era un hombre muy significativo en esta Isla de nuestros quereres, era un cofrade apasionado, un hombre de Fe enamorado de Jesús y su siempre bendita Madre de los Dolores, esa Máter Amabilis que fundara en la década de los 70 y que después se fusionaría con la Orden de Servitas. Sí, Paco Matz Candela fue un cristiano y un cofrade entregado al ciento por ciento a este apasionado apostolado y que siempre será recordado como un hombre bueno.

Sí, un hombre extremadamente bueno, bondadoso, siempre amable y atento con los demás, siempre confiado y confiando en todos hasta en esos que nunca debió porque no eran dignos de tan inmenso privilegio. Un hombre amable, educado, dotado con un corazón destinado a servir a quienes lo necesitaban. Un hijo que se entregó por completo a sus padres, un buen hermano, un amigo, una figura llena de personalidad y esa clase de bonhomía que poco a poco se va perdiendo.

Recuerdo que también perteneció a la Junta de Gobierno de Desamparados y que esa fue una etapa de su vida que cada vez que me veía me hacía referencia con una sonrisa de agradecimiento dibujada en su cara. Sí, pienso que Paco fue un hombre agradecido, esa clase de persona que recordaremos con esa mezcolanza llena de melancolía por su sonrisa y esos ojos siempre de niño que se ilusionaba por todo, siempre amable, siempre dispuesto a ayudar…

Paco Matz Candela que intentó hacer feliz a muchos no tuvo una vida fácil pues pienso que detrás de ese hombretón, de esa sonrisa perenne, había un hombre demasiado solo, demasiado abandonado a su suerte, perdón por ser tan claro y directo pero es que yo lo veía así. A Paco entre todos lo dejamos demasiado solo y un hombre así no puede estarlo y menos sentirlo porque no se lo merece, porque no es de ley, porque no es de recibo y menos cristiano.

Reconozco que a pesar de no ser amigos íntimos sí nos conocíamos de toda vida pues siempre mantuvimos una relación llena de sincero cariño y no exenta de cierta admiración pues realmente veía en él a esa clase de persona que ya van desapareciendo de la faz de esta tierra demasiada alejada del humanismo y de todo cuanto tenga que ver con Cristo.

Después de dejar La Isla tras casarme ciertamente perdí ese tipo de contacto del día a día ya sea dando un paseo por la Calle Real o disfrutando de una buena obra en el Real Teatro de las Cortes aunque como Dios es bueno me lo volví a encontrar y lo vi ciertamente restablecido pues la última imagen que tenía de él era la de un Paco demasiado abandonado, demasiado vencido, demasiado herido y demasiado traicionado. En cambio su aspecto había cambiado para bien y me comentó que desde hacía un tiempo estaba en una residencia, que lo trataban divinamente, que se sentía feliz y me alegré por él…

Las dos últimas veces que pude verlo y también saludarlo fue con motivo de la Festividad de la Esperanza tanto en la presentación del cartel que edita cada año mi querida Hermandad del Silencio de San Fernando así como en el Pregón que tuve el inmenso privilegio de pronunciar el pasado 16 de diciembre. Lo vi en la Iglesia Vaticana y Castrense de San Francisco de Asís poco antes de que comenzara la Solemne Función que precedía al acto del pregón propiamente dicho. Le dije mientras nos dábamos un abrazo que le agradecía muy sinceramente su presencia y él con su inconfundible tono de voz me dijo: ¡Cómo me iba a perder el pregón de mi amigo Jesús!

Ya no estás Paco, hace una semana que te fuiste con tus andares pesarosos hacia el mismo Cielo. Has muerto solo querido amigo como viviste gran parte de tu vida pero esto último no fue tanto culpa tuya como nuestra…

Sí, ha muerto Paco Matz Candela y La Isla con su marcha se queda un poco más sola y nosotros también.

Jesús Rodríguez Arias

No hay comentarios:

Publicar un comentario