lunes, 26 de marzo de 2018

* LUNES SANTO



Hoy mi semanal tribuna tiene nombre y en él quedan compensados todos los sentimientos y vivencias de lo que es mi particular Semana Santa.


Porque para mí la Semana Santa empieza y termina en Lunes Santo, en la cristeña Iglesia del Santo Cristo...



Jesús Rodríguez Arias




LUNES SANTO





Mi Semana Santa, la de mi niñez, desde ese día que me enamorara, mi juventud, mi madurez, empieza y termina en Lunes Santo. ¿Qué le vamos hacer?

Soy cofrade del segundo día de la Santa Semana, del Barrio del Cristo por más seña, de blanca túnica y capirotes rojos, de cirio o de pértiga, de larga cola arrastrando por los suelos o de eterna penitencia…

Sí, para que nos vamos a engañar a estas alturas, para qué buscar peras en el olmo, para qué ver donde no hay, para qué voy a engañarme a mi mismo. Soy lo que soy, siento lo que siento, vivo lo que vivo…

Soy de Amargura y Afligidos, de Madre de la mirada que a su Hijo encuentra, de Jesús que apoya el peso de la Cruz en la única que puede soportarlo, en la única que no se pone en huelga, que no busca el descanso sino Amar a riendas sueltas, a María siempre Virgen, mi Madre de la Esperanza, la del Rosario en la mano, a la que encomiendo mi salud, mi alma, mi vida, mi torpe Fe de cristiano, de amigo y hermano de su Hijo por siempre amado.

Y aunque todo comience y termine en domingo, aunque en la semana se cumpla lo que está escrito, aunque sin Jueves Santo nada de esto tendría sentido pues Cristo se hizo Pan y Vino para quedar en la Eucaristía por los siglos de los siglos. Sin el Viernes Santo con su Muerte donde dio sentido a nuestra suerte y a los tres días resucitara no hubiera habido Lunes Santo, ni Eucaristía, ni nada, ni Jesús Nazareno que sale cada año a las dos de la madrugada.

Soy cofrade de Lunes Santo y mi Amargura se hace Esperanza donde el blanco y rojo se hace verde en la negra noche que hace sentir la penumbra de mi alma, donde quiero a todos como hermanos y aunque esté ahora más alejado, la salud quiebra mi espíritu, os digo para que lo sepáis, para que por siempre quede escrito, que mi Semana Santa comienza y termina en la Iglesia del Santo Cristo…

Este año no sé si lo veré, no puedo garantizarlo siquiera, este año puede ser mi ayer, mi presente, mi quimera, este año donde esté sentiré que mi alma quiebra en la tarde-noche de un nuevo Lunes Santo cuando las puertas se abran de par en par en mi Iglesia y salga la Cruz de guía, penitentes en hileras, y veré de nuevo resplandecer el paso de mis vivencias, el resplandor de esa Fe, la que me enseñaron mis mayores, la de mi madre María del Carmen, la de Tata que de niño me llevara a encontrarme con Ellos cada Semana Santa y que cada Lunes Santo me hizo cofrade.

Este año no sé si estaré en La Isla de mi niñez o en Villaluenga por siempre del Rosario, no sé si veré a Cristo de los Estudiantes con la Cruz cargada a Padre Jesús que sube a hombros de sus hijos a su eterno Calvario. La verdad es que no lo sé pero sea lo que sea quiero deciros a todos, a quien me escuche o me lea, que mi Semana Santa empieza y termina en la plaza cristeña de Santa Teresa de Calcuta donde en la Amargura de Jesús y la Aflicción de María veo con todita nitidez la pequeñez de la Fe mía…

Jesús Rodríguez Arias

Fotos: Gema Rodríguez Estevez y  Parroquia del Santo Cristo de este Lunes Santo



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