miércoles, 14 de marzo de 2012

LA CUARESMA DE LOS COFRADES.

Van pasando los días. Uno tras otro y se va terminando este tiempo de vital importancia para todos los católicos. La Cuaresma nos invita a realizar una radical revisión de nuestras vidas. Ver todo lo que tenemos que corregir y lo que tengamos que acentuar para que la celebración de la Semana Santa no nos coja con el paso cambiado. La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, nuestro hermano, tenemos que vivirla y sentirla en y con profundidad. No olvidemos que todo empezó con la Última Cena, con la instauración de la Santísima Eucaristía.

Aunque siempre he defendido la importancia de este tiempo litúrgico y  su gran trascendencia para los que profesamos una misma fe, es momento también de un arduo trabajo por parte de los hermanos que conforman las Hermandades y Cofradías de todos los rincones de nuestra España, más concretamente en Andalucía. 

Yo haré referencia, por ser de esa bella Ciudad del Sur que es San Fernando, a las Hermandades y Cofradías, a los cofrades de La Isla de León.

Este año está siendo excepcional, porque mi enfermedad me está teniendo un poco apartado de todo, pero desde que tengo uso de razón he vivido estas fechas con una gran intensidad y con ilusión.  Sí, ilusión porque llegue el día que los Titulares de mi Hermandad salgan a la calle a realizar la Salida Penitencial. A los cofrades nos suele ocurrir que vivimos la Cuaresma y la Semana Santa con dos sentimientos encontrados: La aflicción por la Pasión y Muerte de Jesús unido a la ilusión de todo lo que conlleva la Semana Santa con las Hermandades en la calle realizando protestación pública de fe y haciendo valer el innegable valor de la religiosidad popular. Esta alegría no debe ser tomada a mal porque el Cristiano, el Católico debe ser, por autonomasia, alegre porque después de padecer las torturas que sufrió Cristo en Su Pasión y la posterior Muerte del Hijo de Dios en la Santa Cruz, Dios Padre lo Resucitó de entre los muertos y dio significado a nuestras vidas.

En estas fechas las Casas de Hermandades son un auténtico hervidero. Preparando las insignias, organizando hasta el último detalle de la Salida Penitencial, celebrando unos Cultos Cuaresmales llenos de solemnidad para acercarnos, más si cabe, al Misterio de la Redención. En estas fechas, en San Fernando, habrá muchos jovenes, y menos jovenes, con carpetas tamaño cuartilla bajo el brazo con las postulas, que son unas hojillas con la foto, a un color, de los Amantísimos Titulares de la Hermandad, que se entregan a los hermanos a cambio de un donativo que sirve para sufragar los gastos que genera la Salida Penitencial. En las Casas de Hermandades y Almacenes se escucharán marchas procesionales, se visionarán dvd de Semana Santa, por lo general de Sevilla, que es Madre y Maestra, se unirán las risas, momentos de colaboración y  hermandad que son únicos entre hermanos que tienen la misma fe, la misma devoción en Jesús y  María. Para los miembros de las Juntas de Gobierno son fechas donde no se para, para el Grupo Joven, tampoco, y para los hermanos que se acerquen a colaborar serán días que se rememoran durante todo el año.

Llegará el día que realiza la Estación de Penitencia y de ese día hablaré cuando se vaya acercando. Hoy quiero manifestar mi orgullo de ser cofrade y quiero expresar mi más cálido homenaje a todos mis hermanos cristianos-cofrades, sea de la Hermandad que sea, porque con su trabajo están realizando una labor encomiable de evangelización. Aunque este año no pueda disfrutarla al cien por cien, mi Cuaresma es la Cuaresma del padecimiento del cual se aprende mucho más de lo que podamos imaginar, estoy con el corazón y con los recuerdos que llenan mi cabeza con todos vosotros.

Un fuerte abrazo, mis queridos hermanos cofrades, y que Dios os bendiga.

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