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  EN 'EL GATO AL AGUA'

  Julio Ariza aboga por el principio de subsidiariedad

  14 MAR 2012 | GACETA.ES

  El presidente del Grupo Intereconomía ha defendido que el Estado sólo acometa aquellos asuntos con dinero público ante los cuales la sociedad civil no se vea capaz de llegar.



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  El presidente del Grupo Intereconomía, Julio Ariza, ha defendido en una intervención en 'El Gato al Agua' el principio de subsidiariedad. Para explicar el término ha recordado la labor social de la Iglesia católica en una sociedad que debe, según su opinión, repensar el Estado de bienestar.
  Ariza que se ha mostrado no partidario de que el dinero público se destine de forma arbitraria, ni siquiera a la Iglesia católica, ha recordado "la cantidad de monjitas, por ejemplo que están atendiendo en este momento a ancianos, a enfermos terminales, a enfermos de SIDA en España". En este sentido, ha indicado que "no estoy hablando de centenares, sino miles; y esas mujeres no cobran un sueldo, y están aportando un bien objetivo a la sociedad por el que no perciben nada". 
  Bajo estas premisas, el presidente del Grupo Intereconomía ha puntualizado que "cuando hablamos de la Iglesia católica, mucha gente puede pensar en señores purpurados, con unos enormes cintos rojos, o con capelos cardenalicios, pero yo no estoy pensando en eso, estoy pensando por ejemplo en los comedores de Cáritas".
  Al respecto, se ha preguntado: "¿cuántas de esas instituciones que han mencionado ustedes y que han comparado con la Iglesia católica prestan los servicios a los pobres, a los indigentes, a los minusválidos, a los discapacitados, a los ignorantes de manera desinteresada y sin percibir nada a cambio?". Ariza afirma "no ser nada partidario de que una parroquia sea financiada con fondos públicos si en la práctica son financiadas por lo que los feligreses echan cada domingo en el cepillo".
  Como conclusión, el máximo responsable del Grupo ha puntualizado que desde el punto de vista de la política y de una sociedad civil, de una vuelta a los principios básicos de la subsidiariedad, y el Estado debe cada vez plantearse volver a una situación en la que permita que la libertad esté mucho más presente en la vida de las personas, y además "comprobarán que esa libertad acabará saliendo mucho más barata".