Hoy mi tribuna de todos los lunes en Información San Fernando la he querido dedicar a un gran amigo que hace tan 11 días dejó de prestar servicio en el Ayuntamiento de San Fernando por jubilación. Yoyo De Celis.
Funcionario de Carrera con muchos decenios a sus espaldas con una impecable hoja de servicio pues es lo que ha hecho toda su vida: Servir con mayúsculas.
En estos tiempos tan complicados, tan viciados, es un aliciente el encontrar a una persona como este querido amigo que impregna de humanismo todo cuanto le rodea.
Con mi admiración,
Jesús Rodríguez Arias
YOYO
DE CELIS
Don Manuel Carlos De Celis
Ponzoa se ha jubilado el pasado 6 de diciembre, el día constitucional por
antonomasia, después de ejercer toda una vida como Funcionario de carrera en
nuestro Excmo. e Iltmo. Ayuntamiento de San Fernando y lo ha hecho saliendo por
la puerta grande pues como trabajador ha sido inmejorable aunque en el terreno
eminentemente personal es mejor cien mil veces más.
Yoyo, como todos lo conocemos,
ha prestado servicios en varias dependencias municipales a lo largo y ancho de
su trayectoria profesional pero los últimos años ha estado al frente del
Cementerio Municipal, el famoso 141, donde aparte de una labor impecable se ha
notado su marcado humanismo pues es un lugar donde se ve y se comparte mucho
dolor, mucha preocupación, muchos nervios y sentimientos a flor de piel. Se
puede decir que en él encontrábamos esa sonrisa siempre servicial, ese apoyo
constante, esa cercanía inmensamente necesaria, ese implicarse más allá de lo
profesional.
Yoyo es un señor, un
caballero, que siempre tiene ojos niños, la sonrisa por bandera, la palabra
amable, el chiste oportuno, la conversación afable, y una predisposición para
ayudar a los demás sin parangón. En Manuel Carlos De Celis Ponzoa todos los que
componemos el Ayuntamiento de San Fernando hemos encontrado al mejor
profesional pero sobre a un buen amigo que está contigo a las duras, que es
cuando se nota más, y a las maduras.
Y ese carácter suyo, ese
señorío, esa forma de ser, la ha llevado a su vida y a su día a día siendo uno
de esos isleños que conforman por derecho propio el paisaje de nuestra querida
y bendita Isla de León.
He tenido el inmenso honor de
tenerlo como compañero en labores municipales desde hace veinte años que es
cuando ingresé como funcionario municipal. De él he aprendido grandes valores
como es ese espíritu de servir a todos sin excepción, con una sagrada
objetividad, como es entregarte más de lo que realmente son tus funciones,
aplicando ese tipo de humanismo que ahora en estos tiempos tan convulsos en
todos los órdenes parece que no es que esté olvidado sino que ha pasado de moda
que es mucho peor.
Y gracias a compartir lo
profesional puedo decir sin temor a engaño que nos profesamos una honda y buena
amistad pues los dos siendo diferentes somos muy iguales. Los dos amamos este
terruño llamado España, nos emocionamos viendo ondear la rojigualda mientras la
marcha real suena rompiendo con majestuosidad el mismo silencio. Los dos amamos
las tradiciones que nos son propias como la Tauromaquia, los dos somos
preclaros defensores de que se mantengan la religiosidad popular como signo
inequívoco de las devociones que singularizan a nuestros pueblos y un largo
etcétera que tendría que escribir muchos artículos más para explicar los puntos
que tenemos en común y el sentido patrio que tenemos los dos de enfocar nuestra
propia existencia.
Amante de su Familia, Yoyo ha
sido un buen hijo, es un buen marido, un buen padre y mejor abuelo porque este
querido amigo sabe que su mejor patrimonio, su mejor legado, su mayor riqueza,
es su Familia con la que disfruta, goza, se preocupa y vive cada día de sus
días.
Yoyo es ese hombre que se
levanta muy temprano pues piensa que si duermes demasiado son horas que se
quitan a la misma vida, ese hombre que le encandila su Playa de Camposoto así
como cada rincón de esta nuestra Isla, que es una apasionado del fútbol botón,
que es muy prolijo en mantener mil conversaciones, cientos de anécdotas a base
de vivencias y recuerdos, que te puede explicar todas las bondades del aceite
puro de oliva, que le encanta viajar, que sabe que vivir es compartir porque
haciéndolo la Felicidad es más amplia, más plena, más auténtica, es de verdad.
Desde el pasado jueves 6 de
diciembre nuestro querido amigo Don Manuel Carlos De Celis Ponzoa ha dejado de
prestar servicio en el Ayuntamiento de San Fernando tras toda una vida de
fructífera labor profesional así como de humanizar cada sitio donde ha estado
porque hay que reconocer que en la persona de Yoyo todos hemos encontrado a un
extraordinario funcionario, un gran compañero y mejor amigo.
Con este artículo, mi querido
amigo, me merezco un cosqui y espero recibirlo cuando nos visites en
Villaluenga del Rosario. Gracias por ser como eres.
Jesús Rodríguez Arias



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