Dedicado para los que ya son abuelos:
Tú, abuelo, que tienes la felicidad de ver a tus nietos, tan encantadores, fíjate cómo te miran sin levantar los ojos, viéndote como ejemplo y modelo de lo que dices y haces.
Nárrales historias bellas, con su moraleja, y despierta en sus espíritus infantiles el amor a la virtud y al trabajo.
Pero, sobre todo, dale la lección más grande para sus vidas: Tu propio ejemplo de trabajo y honradez.
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