miércoles, 27 de septiembre de 2017

POTAJE DE HABICHUELAS HINCHONAS DE GRAZALEMA

Va terminando el miércoles y es la hora de cerrar la edición de SED VALIENTES y tal como ya es tradicional lo hago con uno de los artículos publicados en su día en "Raíces de Grazalema" cuyo autor y director fue nuestro querido y siempre añorado Diego Martínez Salas.

Hace poco más de un año que cada miércoles ve la luz una de las publicaciones que bien realizara Diego o cualquiera de su extenso, prestigioso y entregado equipo de colaboradores en este sitio web tan necesario como es "Raíces de Grazalema". Un año ya en el que he tenido el inmenso honor de conocer a muchos de las personas que con Diego Martínez Salas colaboraron y que ahora forman parte de mi querido círculo de amistad. Para mí es un honor hacerlo cada semana porque de esta forma guardamos la memoria de un ser único que dedicó su vida a Grazalema y también nos ilustramos todos nosotros, unos recordando y otros aprendiendo.

Final de septiembre y ya ha empezado a llover y se prevé que más pronto que tarde bajen las temperaturas y con ellas nuestras ganas de comer alimentos que nos den esa energía que necesitamos.

Hoy traigo, para abrir boca, este artículo publicado en su día en "Raíces de Grazalema" y que lleva por título: Potajes de habichuelas hinchonas de Grazalema.

La verdad que viendo solamente las fotos ya entran ganas de comer...

Espero lo disfrutéis y gocéis con las cosas de una tierra, de un pueblo tan único y tan especial como es Grazalema.

Sirva este artículo como homenaje a la eterna memoria de nuestro querido Diego Martínez Salas.

Sirva este artículo como recuerdo lleno de emoción a su viuda, hijos, madre, familia amigos, equipo de colaboradores así como todo el Pueblo de Grazalema y los grazalemeños.

Recibid todos un abrazo con sabor a eternidad,

Jesús Rodríguez Arias 




raicesdegrazalema.wordpress.com

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Las habichuelas pochas o hinchonas como se les llama en Grazalema, no son sino las judías o alubias frescas que a la altura del mes de octubre han alcanzado su mayor tamaño por lo que se desgranan y venden libres de sus vainas. Su frescura hace que los potajes que se elaboran con las mismas sean especialmente suaves, pero su corta temporada hace que sean difíciles de encontrar aunque se las puede adquirir congeladas para su uso fuera del otoño.

María Luisa Ucero, confesa enamorada de Grazalema, y reputada gastrónoma gaditana, donde coordina las Tertulias Gastronómicas de su Ateno, ha dado a conocer fuera de nuestro pueblo una variante de esta receta grazalemeña. Le hemos pedido que la comparta con nosotros, y ella amablemente ha publicado en su blog, el artículo que transcribimos literalmente a continuación, no sin antes recomendaros que visitéis su muy interesante página http://www.cocinandoalpotopo.blogspot.com, así como la lectura de su libro “Cádiz una provincia para comérsela”,  donde da un extenso repaso a los fogones de la sierra y costa gaditana, que han convertido a este libro en un imprescindible.


MariaLuisaUceroyportadalibroCadizunaprovinciaparacomerselahttp://www.amazon.es/C%C3%A1diz-una-provincia-para-comersela/dp/849366927X

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“Un grupo de grazalemeños tienen un interesante blog sobre la cultura del pueblo, se puede visitar en www.raicesdegrazalema.wordpress.com y uno de los gestores, concretamente Diego Martínez Salas, se ha puesto en contacto con nosotros, comentándonos que le gustaría publicar nuestra receta de las habichuelas “hinchonas”.

La respuesta no puede ser nada más que afirmativa, pues ya sabéis algunos la predilección que siento, en particular, por este hermoso paraje, al que quiero como propio, donde me refugio para escribir, descansar y mil cosas más. Grazalema es el PUEBLO, y lo escribo con mayúsculas porque sus gentes se merecen esa consideración, donde me acogieron como vecina ocasional, donde sus habitantes pusieron sus conocimientos a mi alcance cuando estuve escribiendo Cádiz, una provincia para comérsela, donde me mostraron su cariño cuando realicé el Pregón de sus Fiestas Mayores 2011 y donde tengo un ramillete de amigos que forman parte de mi familia serrana.

¡Pues claro, Diego, que puedes publicar la receta! Es más, hemos pensado que para que tengáis el paso a paso, editarla en nuestro blog y así la podáis usar según vuestras preferencias.


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Ahora es el momento, ya han llegado a nuestra manos las habichuelas “hinchonas”, como las llamamos aquí en Grazalema. Este peculiar nombre se les da porque tienen mayor volumen, así frescas que cuando se dejan secar. Es decir, están más hinchadas.


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Los ingredientes que hemos empleado son:


1 kg. de habichuelas frescas o “hinchonas” de Grazalema
1 Tomate maduro
1 Cebolla grande
1 Pimiento
1 Cabeza de ajo
1 Buena penca de apio
1 Cucharada de pimentón dulce
1 Vaso mediano de Aceite de Oliva Virgen Extra de la Sierra
Un puñadito de guisantes (opcional)
Chorizos serranos (al gusto)
Sal


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Vamos a prepararlas:

Este tipo de legumbres al ser frescas no hace falta ponerlas en remojo, solo lavarlas con agua para eliminar los restos que pudieran quedar de haberlas desgranado. Una vez limpias las habichuelas, las ponemos directamente en la olla con agua suficiente hasta que las cubran y a fuego fuerte. Cuando empiecen a hervir, aprovechamos para quitar la espuma que suele salir de las propias habichuelas, y agregamos dos o tres veces agua fría para romper el hervor, lo que en término casero llamamos “asustarlas”, esto lo hacemos para que no se abran y pierdan la piel.


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Eliminada la espuma totalmente,  agregamos el tomate, la cebolla, el pimiento y la cabeza de ajo y volvemos a poner a fuego fuerte hasta llevar a ebullición. A continuación le añadimos el aceite.

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Inmediatamente el pimentón, el apio cortado a trocitos pequeños, el puñado de guisantes (llamados también chícharos) y el chorizo. Una vez que vuelva a hervir, tapamos la olla y dejamos que se hagan a fuego lento  hasta que las habichuelas estén tiernas.


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Sacamos las verduras a un plato y le qitamos la piel al tomate, lo ponemos  en el vaso de la batidora, incorporamos la cebolla, si es muy grande podemos echar la mitad y por último abrimos la cabeza de ajo y pelamos 4 o 5 dientes, que igualmente añadimos para triturar todo el conjunto. Vertemos en la olla, dejamos unos minutos más que coja cuerpo el potaje y le echamos la sal, al punto que nos guste. Este paso es opcional, hay a quienes les gusta tal cual.  Si necesita un poco de agua, mejor añadirla poco a poco.


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Estos potajes ganan una vez haya reposado un tiempo, por lo que se puede preparar en la víspera del día que vayamos a degustarlo.

Podemos comerlas acompañada de un trocito de chorizo, pero también con un puñadito de arroz, dejándolas un poco caldosas para que pueda cocer bien el  cereal o con unas patatas cortadas a casquitos, quebrándola con la mano en el último momento para que engorde el caldo. En estos dos casos, se deberán añadir antes de servir, con el objeto que la patata no se endurezca o el arroz no se pase.

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