jueves, 28 de septiembre de 2017

PARA MEDITAR


La belleza de las cosas es fugaz. 
Intenta llegar hasta la belleza interior de las personas con las que convives. Muchas flores bellísimas y perfumadas sólo duran pocas horas. 
Sin embargo, aunque feas, las piedras duran milenios y cumplen sus tareas. 
Por lo mismo, no seas superficial. 
No prefieras lo pasajero a lo eterno, la belleza a la sabiduría. 
Afiánzate en lo que dura para siempre, en el Espíritu inmortal, nuestro verdadero yo, y no en lo que pronto termina. 

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