Comparto con vosotros mi dominical artículo publicado en exclusiva en INFORMACIÓN en el apartado que dirige y coordina mi buen hermano Pepe Moreno Fraile.
Es el mismo un claro alegato en defensa de un apostolado tan vital como apasionante de la Madre Iglesia.
Con el mismo quiero alzar mi voz y dar la cara ante "esos" que siempre para defender sus posturas nos atacan por medio de la ridícula mofa.
Ya la ofensa, que se puede seguir haciendo, no les va a resultar gratuita.
Sé que la coherencia y la Libertad se cobran caro y yo hace mucho que estoy pagando por ello.
Sé que la coherencia y la Libertad se cobran caro y yo hace mucho que estoy pagando por ello.
Jesús Rodríguez Arias
SOY COFRADE:
¿QUÉ PASA?
Las redes sociales se han convertido en poderosas
tribunas de opinión donde se fragua mucho de los aconteceres que hoy día vemos,
disfrutamos y algunas veces sufrimos. En ellas se crean líderes mediáticos que
en ciertos casos, cuando los rascas, descubres que al final “ni chicha ni
limoná”.
El otro día leí una reflexión a modo de queja en
la que se exponían una serie de ideas para dejar de ser un “don nadie” en
nuestra querida Isla aunque pienso que también se puede extrapolar a otros
lugares que nos circundan. Me quedo con
las dos primeras según su particular enumeración: La primera de todas: “Métete
en una cofradía” seguido de eso tan manido de que hay que usar gomina e ir
vestido de chaqueta a un acto público. Expuso algunas más aunque en esas ni
entro ni salgo porque, y perdonad mi claridad, ya estoy mayor para probar
“nuevas sensaciones”.
¿Os habéis dado cuenta lo gratuito que es señalar
y criticar a las Cofradías así como a los que formamos parte de ellas? Además
de “gratuito” suele resultar muy gracioso para los “demás”. En la sociedad que
hoy vivimos si quieres acertar en tus “pronósticos” tienes que dirigir la
crítica hacia la Iglesia y aquí más concretamente hacia las Hermandades y
Cofradías así como quienes las componemos. Hay que hacerlo con cierta e
hiriente mordacidad pues ya sabemos que
los cristianos somos de poner “la otra mejilla”.
Haciendo uso de un dicho muy conocido voy a
permitirme la licencia de cambiarlo para de este modo hacer más gráfico el
artículo que hoy nos ocupa: “¡Leña al cofrade, también a la Iglesia, que es de
goma!”.
¡Pues aquí se acabo la broma! No pienso tolerar
esa clase de menosprecio y menos en público pues no solo se insulta a un apostolado en cual he echado los mismos
dientes sino a la Iglesia así como a mis hermanos en la fe que vivimos la misma
por medio de la Hermandad.
Sí, soy cofrade: ¿Qué pasa?
Lo de la gomina o vestir de chaqueta y corbata en
un acto público no lo pienso ni siquiera comentar pues eso está dentro de la
normal convivencia y educación. Alguna vez me he puesto gomina y no por eso soy
ni mejor ni peor y siempre me arreglo para asistir a un acto al cual me han
invitado pues considero que son normas de respeto hacia los organizadores y
también con los demás. No olvidemos que para cada lugar y circunstancias hay un
tipo adecuado de vestimenta aunque eso difiera con los “ropasueltas” que se
reúnen con el Rey, que no podemos olvidar es el Jefe del Estado, en vaquero,
camisa y bambas mientras se visten de “etiqueta” para asistir a una determinada
gala donde se congrega el “famoseo” del país en lo que es una auténtica y burda
provocación.
Soy cofrade, lo he sido y seré toda mi vida, estoy
orgulloso de ello. He pertenecido durante muchos años a la Junta de Gobierno de
mi querida Hermandad de Los Estudiantes de San Fernando y aunque a veces he
llegado a ser muy crítico con algunas cosas que pueden rodear a este
apasionante apostolado ha sido siempre con ánimo constructivo y os puedo
garantizar que en mi podéis encontrar un preclaro defensor de un carisma único
como es el que aglutina la religiosidad popular.
Y cómo cofrade no voy a consentir que ninguno se
cachondee de nosotros, de nuestras creencias, de nuestra forma de vivir la fe
porque algunos ya nos hemos llevado muchas bofetadas de los de siempre, de los
que señalan, juzgan y condenan siempre a los mismos y miran para “otro lado”
cuando no les interesan o les puedan perjudicar que a tenor de la verdad es
casi siempre. No, no voy a consentir que nadie se mofe, le dé esa leña innecesaria,
a tantos que profesamos y vivimos nuestras creencias por medio del apostolado
cofrade dentro de la Madre Iglesia.
Nadie es un “don” nadie si no hace méritos para
ello pues la consideración y sobre todo el respeto se consigue siendo
coherentes y valientes en la vida y defendiendo tus planteamientos, que pueden
o no gustar, desde la veracidad y siempre desde el respeto. Pienso que esos que
se consideran “don nadie” puede integrar algunos de los lobbys que manejan todo
y sobre todo lo que le interesa. Y para otra vez que también dirijan las mofas
hacia los políticos, lejanos y cercanos, aunque hay que ser algo temerario
además de atesorar unas necesarias dosis de valentía pues se puede convertir en
la “goma” donde estampen los leños porque muchos de los que están en política
no entienden eso de la “otra mejilla” ni tampoco lo del perdón ni la caridad
tan propio de los cristianos.
Jesús Rodríguez Arias
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