viernes, 27 de mayo de 2016

* Y JOSÉ BLAS MORENO SE ENGLORIÓ DE DIOS





Semana de actos que nos anuncian que el Domingo se celebra en España el Corpus aunque ayer Jueves era y es de lo que relucía más el sol. Semana que nos adentra en el insondable misterio de la Eucaristía, de Jesús Sacramentado.

Y en esta semana debo destacar dos por su importancia y significado: La Exaltación de la Eucaristía que ofreció mi querido, buen amigo y hermano en la fe y en el apostolado cofrade que nos une en nuestra bendita Isla de León: José Rodríguez Valverde que llegó a impregnar mi alma con una profunda y valiente Adoración a Jesús Sacramentado que recibía sus palabras expuesto sobre el Altar.

También debo destacar la Exaltación Eucarística que ayer se celebró en la Capilla Sacramental de la Iglesia de San Juan Bautista de Los Descalzos sita en la jerezana calle Medina.

En el interior de la recogida capilla desde el primer momento te invita a la oración a dejar aparcado tu ser mundano para gozar de tu ser espiritual que es el que llega a Dios sin ninguna cortapisa.

En la puerta mi querido y siempre admirado Padre D. Luis Salado de la Riva, Párroco de la de San Juan Bautista de Los Descalzos y ese hombre entregado a la Iglesia ya sea como cofrade de la Amargura, como veterano catequista, como lo que haga falta pues en Tinoco se hace firme ese dicho de que a la Iglesia hay que servirla en la forma y manera que ella quiere ser servida.

Al entrar en paredes del Templo y tras saludar a mi hermano Beltrán Castell que estaba pendiente de todo y todos, conversar un rato con el Teniente Hermano Mayor de mi querida Hermandad del Santo Crucifijo de San Miguel, Paco Toro y con el Hermano Mayor de la Sacramental de Santiago, Andrés Cañadas así como innumerables hermanos de la Amargura y distintas cofradías jerezanas ingresé en la Capilla donde está el Sagrario, con su lucecita roja encendida a modo de vela, la Santísima Virgen de la Amargura que lucía preciosa y en el lateral el Altar de Santisimo Cristo de la Flagelación.

Cortinaje rojo envolvían las paredes que hace nuestras miradas se postren en Él, en Jesús Sacramentado.

Poco a poco se fue llenando de cofrade buenos, de los que se alimentan de Dios, de los que les gustan estar con el Señor que reside tras las paredes del Tabernáculo.

Me senté, porque Jesús dirige mis pasos, en la última fila y esta vez estaba al lado de una querida amiga, hermana en la fe y buena compañera de catequesis de mi mujer que ha demostrado ante todo que era y es una buena amiga a la que le doy las gracias públicamente por todos los detalles de buen corazón que ha tenido durante todo este pasado curso. Me gustó mucho escuchar la Exaltación al lado de Sandra Rodiño.

A título personal diré que dos catequistas y también hermanas de la Amargura han demostrado ser buenas personas y amigos a los que recordaré siempre con cariño y gratitud: Begoña Gorrado López-Cepero y Sandra Rodiño Otero.

Tomó la palabra Andrés Cañadas, Hermano Mayor de mi querida Hermandad de Santiago, como anfitrión de este significativo acto para dar luego paso al Sr. Hermano Mayor de la Amargura que hizo de presentador del exaltador, de Jose Blas Moreno, que empezó saludando antes que a nadie a Jesús Sacramentado.

Luego hizo uso de la palabra el exaltador que puso mucho más que el corazón a los pies del Sagrario donde está Jesús principal, también único destinatario, de cualquier Exaltación Eucarística.

Hizo una glosa valiente, atrevida, inmensamente poética. Tocó temas muy importantes para el cristiano, para el católico, para el cofrade. No se acobardó ante nada ni nadie. Fue claro, conciso, dando la cara y poniendo la otra mejilla cuando hubo que hacerlo.

José Blas Moreno, Mayordomo de la Amargura, cofrade jerezano, costalero de Dios, no dio puntadas sin hilo, se arremangó ante los problemas, las provocaciones, la persecución que estamos sufriendo los cristianos por el mero hecho de serlo. Tuvo una dedicatoria muy especial con el Padre D. Luis Salado de la Riva que nos enterneció a todos pues dijo en voz alta lo que opinan tantos: Que es un buen cura, un gran pastor que al tratarlo y conocerlo hace que los demás seamos sí o sí buenas personas.
 
La Exaltación Eucarística que ayer presencié tuvo todos componentes de un excelso Pregón donde el verso se conjugaba con la prosa de una manera exquisita.

Un gran aplauso agradeció a este buen cofrade jerezano todo el amor y el cariño que puesto en cada palabra, cada coma, cada párrafo, cada espacio en blanco que es el texto del silencio hecho oración y adoración.

Al final pude ver caras de emoción apenas contenida, algún que otro pañuelo que enjugaban lágrimas y el reconocimiento tácito hacia el exaltador y también hacia la Hermandad Sacramental de Santiago por el buen trabajo que está desarrollando para potenciar cuanto tenga que ver con lo más importante que tiene el cristiano: Jesús Eucaristía.

Ayer Jueves de Corpus, menos en España, en Jerez de la Frontera, en la Capillla Sacramental de la Iglesia de San Juan Bautista de Los Descalzos, se realizó la Exaltación Eucaristíca para el mayor honor y gloria de Dios.

Con mi admiración y profundo agradecimiento,


Jesús Rodríguez Arias

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