sábado, 30 de mayo de 2015

* DESDE VILLALUENGA: HOY ME HE VUELTO A REENCONTRAR...



La verdad es que ya iba necesitando del anhelado sosiego que incluso llegué a pensar que lo había perdido al estar metido en demasiados frentes que hacían que mi cabeza no dejara de pensar, de idear, de proyectar... Todo esto hace que entre semanas no descanse y cuando llegue el viernes mi agotamiento físico y sobre todo mental tampoco me dejaran disfrutar de todo cuanto me gusta, me rodea, me hace feliz.

Pero después de las últimas vicisitudes así como tomar una serie de decisiones en las cuales hemos tenido que "cambiar de paso" he decidido dar un carpetazo a todo cuanto me obliga, me encadena, me absorbe para disfrutar de mi bendito pueblo con toda su grandeza, todo su encanto, todo su esplendor de este pueblo que cobija el Caíllo.

Y con esas me he levantado.

Al abrir la puerta a las ocho de la mañana me he encontrado con un precioso amanecer lleno de armonía que embelesan los sentidos. Mirando y remirando el puerto de las viñas mis ojos se han perdido más allá de donde alcanza la vista y una tranquilidad ha inundado mi ser, un sosiego que lleva a esa paz contagiosa que se alcanza a vivir en cada palmo de Villaluenga del Rosario.

Cómo antaño, cómo hacía bastante tiempo, he hecho una foto y por medio de la misma he saludado a todos por medio de Facebook con particular saludo: "Buenos días Villaluenga".

Así he comenzado el último sábado del mes de mayo de este año 2015 de nuestra existencia, así he reconducido mi vida hacia la tranquilidad de espíritu que hacía tiempo abandoné en ese arcén del camino olvidado y que ha hecho mella en mí.

Sábado tranquilo en un tranquilo sábado.

Hemos desayunado en "La Posada" donde nos han dado las tantas por medio de la compañía de personas que queremos y mucho como puede ser Miguel Ángel Pacheco, su hijo Pablo, Julio, Isa, Beli, Diego, Jesús y todos los que se acercaban para saludar y charlar amigablemente con nosotros. ¡Y es que es tan fácil sentirse en Familia en Villaluenga del Rosario! Gran alegría me dio el ver y saludar a mi buen amigo Alex que ya hacía mucho tiempo desde la última vez.

Hoy hace justamente una semana en el mismo sitio, misma hora y lugar estábamos desayunando junto a Miguel Ángel cuando algo más tarde se incorporó Beltrán y Maya. Conversación de conversaciones y risas sobre risas junto al bueno de Julio y María Jesús Alberto, la extraordinaria directora del Hotel "La Posada" de la cadena Tugasa y de la que un día de estos, cuando nadie se lo espere os contaré y detallaré la grandeza de una ejemplar plantilla de profesionales que son mejores personas y que trabajan a destajo para que este hotel radicado en este precioso pueblo tenga el nombre, la fama y el prestigio que tiene.

Hace tan solo siete días nos visitaba mi querido y buen hermano José Llerena Baizán que iba acompañado con mi buen amigo Pablo Garrido y sus respectivas esposas. Son Pepín y Pablo dos grandes colaboradores de este blog y después de leer durante años mis artículos sobre Villaluenga querían conocerlo de forma personal. La próxima vez que lo hagan les daré a conocer el pueblo visto desde otra perspectiva: ¡Sus gentes!

Hoy sábado hay que reconocer que es un día tranquilo aunque por la carretera se celebre la enésima prueba deportiva. Hoy es un día de silencios solo roto por el tímido piar de los dos canarios que Miguel Ángel ha regalado a Hetepheres o el sonido de las teclas cuando las yemas de los dedos rompen contra ellas para componer armónicamente este artículo con el cual me reencuentro con la tranquilidad que es un estado necesariamente puro y que aquí se ofrece con solo alzar la mirada y perder la vista en la frondosa montaña así como en la oquedad que es la impresionante sima que aparece sombría aún a la distancia.

A mediodía ha hecho calor aunque tengo que reconocer que una fina brisa de aire puro refrescaba en algo la temperatura ambiente. En cambio aquí en el salón de casa, mientras empiezo a escribir este artículo, un frescor cómodo hace que tanto Hetepheres como yo así como Canijo nos encontremos literalmente en la gloria.

El cielo, que aquí parece tan cercano, tiene un color celeste claro como salido del pincel o la espátula de mi querido Antonio Benítez mientras el verde esperanza que ocultan los tonos grisáceos de la roca de la imponente montaña hace que parezca que esté admirando el más bello de los lienzos con solo alzar la mirada.

Me ha dado inmensa alegría, no os lo puedo negar, que ya el cartel que anuncia el Corpus Christi de Villaluenga del Rosario esté expuesto en los lugares públicos y donde transitan muchas personas del pueblo así como de fuera.

La edición de este cartel en formato papel no tiene otro significado que el de fomentar, incentivar y anunciar la procesión del Corpus tanto para todos nuestros convecinos así como aquellos que nos visiten. La finalidad de esta promoción tanto colocado en rincones del pueblo como la difusión que se está haciendo vía internet tiene una sola finalidad: Dar a conocer el sencillo, austero, humilde y a la vez grandioso y único Corpus de Villaluenga donde todo se resume en el título del mismo: "La Pureza de lo Auténtico".

En una semana las calles por donde procesiones Jesús Sacramentado aparecerán bellamente engalanadas para recibir con lo mejor de cada casa a quien dio la vida por nosotros y aun ahora la sigue dando.

El vecino pueblo de Benaocaz está de romería y por eso que las calles de nuestro bendito lugar aparezcan más solitarias y vacías de lo que es normal. También, me imagino, que las playas y las altas temperaturas tendrán algo que ver.

En esta primavera tardía y el incipiente verano hacen de Villaluenga del Rosario un lugar único y especial pues mientras el turismo multitudinario se congrega en los lugares donde hay costa rompiendo con la tranquilidad, el sosiego y sobre todo el silencio.  Aquí todo es distinto porque una vez desaparecido el habitual turismo de sierra y de pueblos de montaña, entonces se puede disfrutar de un verano totalmente distinto donde hará calor aunque puedes ir a la piscina municipal que es un auténtico goce pues puedes bañarte en sus frías agua admirando como te protege el Caíllo, las montañas mientras ese digno y señorial buitre alinea su vuelo por entre el cielo y la cima rocosa que la protege. En Villaluenga también tenemos nuestro "mar" y este es único, íntimo y muy especial.
Por la tarde te puedes dar un paseo con la fresca por la glorieta o algún sendero en el que tengas medido el tiempo para que no te anochezca transitando por él. Después puedes pasar las últimas horas del atardecielo que es justamente cuando el sol se esconde tras el Caíllo leyendo y tomando una buena copa en el patio y donde el frescor aparece sin pedir permiso hasta que una vez que el cielo se ha tornado en ese negro absoluto solo roto por ese lucerillo que ilumina en la manga, como si de un faro se tratase, a todos que estamos en Villaluenga del Rosario. Cenar a la fresca es ponerse una rebeca pues la temperatura cambia mucho del día a la noche y dormir tapado es un privilegio que solo puedes permitirte por estos lares. Todo esto en medio del silencio, de la acompañada soledad, que nos encamina a la tan necesaria paz de espíritu que tanto ansiamos en nuestro particular día a día.

Soy de los que amo el mar aunque en la medianía de mi vida os aseguro que abomino de la multitud que se congregan para coger unos metros de arena y allí congregados todos como chinches vislumbrar a lo lejos que detrás de tantos bañadores de diversos y estridentes colores está la mar que suelo admirar en otras épocas y que aparece rotunda ante mi mirada.

Las campanas de la cercana Iglesia de San Miguel siguen dando marcando los tiempos y las horas de tan bendecido lugar mientras abajo diviso la tienda de Mateo Venegas ofreciendo al que quiera parar sus ofertas y productos de la tierra a un precio inmejorable mientras el está sentado buscando la fresca sombra.

El otro día mi mujer que colabora con labores catequéticas desde hace muchos años en la Parroquia de Los Descalzos de Jerez de la Frontera me decía tras una reunión-convivencia que habían mantenido que el Padre D. Francisco García Villegas, eterno párroco de la Iglesia de la calle Medina, se había interesado por Villaluenga, por sus gentes, por sus cosas y Hetepheres le contaba los proyectos, como el Corpus, así como tantas cosas como ocurren en tan pequeño y gran lugar. Él, para sorpresa de todos, le dijo que conocía bien este pueblo pues cuando era más joven y no siendo párroco de aquí venía a ver a sus vecinos y recordaba una anécdota de cuando una vez uno de ellos lo invitó a ver la corrida de toros que se estaba celebrando en nuestra histórica y coqueta plaza desde el tejado de su casa. 

Curas como D. Francisco García Villegas, con sus valores y virtudes, son los que en la actualidad se echan en falta pues preferían estar con el pueblo, oler a oveja como diría el Papa, y ejercer el ministerio apostólico con el que en su día fueron llamados por el Señor a ostentar cargos, compromisos, obligaciones tanto dentro como fuera que abandonaran la misión-vocación a la que han entregado sus vidas. Curas como este viejo sacerdote o como D. Ángel de la jerezana Iglesia de San Miguel cuyo testimonio de vida es su vida son los que hacen falta en los pequeños pueblos que necesitan escuchar al sacerdote y también que los escuchen a ellos, sus vecinos.

Este sábado está dando para todo. No os podéis ni imaginar como 24 horas dan para tanto pues la mayoría de las veces distraemos tanto nuestra atención que poco a poco vamos perdiendo la propia vida.

Escribo este artículo mientras nuestros nuevos pajaritos entonan su armonioso y cándido piar.

El cielo sigue profundamente celeste mientras las nubes alcanzan mayor grosor, consistencia a la vez que belleza. Dentro de una hora más o menos el sol que nos alumbra y calienta desaparecerá para ocultarse tras el Caíllo aunque la suave luminosidad seguirá imperando hasta el atardecer se haga una realidad mientras aparece esa imagen de ensueño allá por la manga. La luz del día irá cayendo mientras fugaces y radiantes colores lo impregnan todo y el frescor vuelve por donde siempre.

Dentro de poco nos iremos a dar nuestro tradicional paseo de las tardes de los sábados. Iremos rodeando el pueblo hasta llegar a su entrada según vienes de Benaocaz, transitar la Avenida de los Arbolitos, las céntricas calles y recoger a Miguel Ángel para encaminarnos sin prisas ni pausas por la parte de arriba del pueblo hasta la glorieta mientras esa conversación de conversaciones van fluyendo. Seguro que al llegar al último banco nos sentaremos y admiraremos la idílica imagen que se nos abre ante nuestra mirada mientras nuestros corazones se adentran en el infinito. Veremos atardecer mientras las siluetas de las perdidas montañas van desapareciendo de nuestra vista que en esos momentos comprobamos que es demasiado limitada. De nuevo nos pondremos en camino y volveremos a comenzar.

Sí, doy gracias a Dios de que una vez más me ha permitido reconducir a tiempo mi camino. He tomado la firme decisión de posponer algunos compromisos sine die y otros ya se harán. He vuelto a reencontrarme con la tranquilidad, el sosiego y la paz perdida en tantas batallas que hacían perder mi horizonte, he decidido que prefiero vivir para gozar de la plenitud que hacer tanto y perderme más.

Ahora tendré tiempo para recobrar la compañía de los que me quieren y quiero, tendré tiempo de gozar de la compañía y también de la soledad, de disfrutar de como el sol nace por el puerto de la viñas, alumbra un cielo tan cercano que hasta puedo ver en su plenitud o como se oculta detrás del Caíllo siempre presente, siempre firme, siempre protector.

He decidido tener tiempo para las personas que me quieren y quiero de verdad, de disfrutar del calor  de los vecinos de mi querido pueblo del que tanto aprendo y enfrascarme con ahínco a la misión encomendada que siempre será para mayor gloria de Dios que nunca mía.

Hoy, último sábado de mayo, en mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario ha sido el día en el que, por fin, me he reencontrado con la paz y la felicidad que en los últimos tiempos con tantos proyectos, compromisos y obligaciones iba echando en falta.

Feliz sábado, que nuestra Patrona la Virgen del Rosario y Nuestro Padre Jesús os bendigan a todos.

Jesús Rodríguez Arias

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