EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará». (Evangelio del día). La pedagogía del Señor es sorprendente. En la 1ª Lectura, Dios nos habla del pecado y de nuestra respuesta: «a nosotros nos abruma hoy la vergüenza». En el Evangelio nos propone imitarle y nos sugiere cuatro actitudes para ser compasivos, y para la vida. Pero no se queda ahí, sino que nos las "rebota" para que, sintiéndola en nuestra carne, podamos llegar a realizarlas. En el fondo utiliza nuestro egoísmo (pecado) para que nos sirva de acicate. Con esto no quiero decir que haya que pecar, en absoluto, sino aplicar el principio de "no hacer lo que no quiero que me hagan", o, dicho en positivo, "hacer lo que quiero que me hagan". No he descubierto América, pero me ha servido para despertar mi conciencia y chequear mi vida evangélica. La propuesta de Dios no es imposible de realizar pues Él es leal y "no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta": «... ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.» (Lectura de Laudes). Ahora lo que nos queda es ponerlo en práctica. Santa María de Caná, ruega por nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario