jueves, 26 de marzo de 2015

UN QUINARIO DISTINTO... UN QUINARIO ANTE EL SEÑOR; POR BELTRÁN CASTELL LÓPEZ.





Hoy es Jueves de Pasión. La Semana Santa abrirá, en escasos tres días, una nueva página de su historia mientras la presente Cuaresma cierra otro capítulo de las vísperas pasionales.
Se van cuarenta días de actos y cultos en honor a las benditas imágenes titulares de las distintas hermandades y cofradías para dejar paso a los desfiles procesionales que durante una semana recorrerán las calles de muchos municipios de España.

Pero si echo la vista atrás, a la antesala del Miércoles de Ceniza, mi mente se llena de recuerdos con uno de esos cultos en honor a una sagrada imagen. Pero esos recuerdos no me embriagan por lo multitudinario de dichos cultos, ya que allí reina el recogimiento. Tampoco por la complejidad de su montaje, ya que prima la sencillez. Ni mucho menos por la extraordinaria categoría de la imagen en cuestión que los preside, que sí la tiene. Es por algo mucho más importante, que hace que todo esto, incluida esta imagen a la que se venera, pase a un segundo plano.
Mis retinas, desde entonces, guardan ese instante maravilloso de contemplar al Santísimo presidir, en una custodia, el altar en estos solemnes cultos cuaresmales.

Así es. Unos cultos que se convocan y celebran en honor a una imagen cristífera pero que, por la gracia de Dios, Jesús Sacramentado preside toda esta celebración en la que la advocación de esa imagen, que también se dispone en el mencionado altar, se representa viva y triunfante a través de Su Divina Majestad.

Quizás no estemos acostumbrados a llevar a cabo una celebración de estas características, pero el enriquecimiento espiritual que supone, a la vez y en tiempos de Cuaresma, venerar una imagen y adorar al Santísimo, nos hace reflexionar y comprender el significado que viviremos el próximo Jueves Santo, día del Amor Fraterno, donde Jesús de Nazaret se hace viático a través de la institución de la Eucaristía.

El retrato y la persona, la veneración y la adoración, la imagen y la vida, Cristo crucificado y Cristo Sacramentado. Dos estampas de Jesús y un único protagonista. El Santísimo Sacramento del Altar.

Alabado sea Jesús Sacramentado.

Beltrán Castell López.

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