martes, 21 de mayo de 2013

MAYOR OREJA: "HAY QUE PERDER EL MIEDO AL QUE DIRÁN".

 
 
«Se ha hablado mucho de cómo resolvemos la crisis, de cómo solucionarla»,  pero lo primero que deberíamos hacer «es aprender de ella», dijo el eurodiputado Jaime Mayor Oreja, Presidente de la Fundación Valores y Sociedad, en el V Congreso Teológico Pastoral de Coria-Cáceres. Mayor Oreja pidió también una participación más activa de los cristianos en la vida pública, desterrando el «miedo al qué dirán»
Noticia digital (21-V-2013)

En estos tiempos de crisis, «las personas creyentes tenemos la obligación moral de no contentarnos con los diagnósticos habituales», dijo Mayor Oreja el pasado 16 de mayo. «La afirmación de que la crisis es económica y financiera es verdad, pero es una media verdad, que es la peor de las mentiras», y el cristiano no puede quedarse en eso.
Según Mayor Oreja, partiendo de un diagnóstico equivocado no se llegará a encontrar una solución adecuada a los problemas, y es que la idea que ha querido trasladar es que la crisis está «sobre todo y ante todo en la persona, está en el corazón de Europa porque está en el corazón de los europeos, esto es lo que los cristianos y otros pueden y deben aporta a Europa».
La sociedad española se encuentra hoy gravemente extraviada, «sin referentes, diría que hemos perdido el norte, nuestra crisis es una crisis de valores personales, está en la razón primera que mueve y diseña las políticas, es una crisis total y no sólo global, está en todas las instituciones porque en todas las instituciones está en la persona. Tenemos que recoger el guante, no podemos seguir mirando hacia otro lado y eludir este hecho, la realidad de la crisis será mayor», añadió.
Según el verano político, «la solución de la crisis no podrá venir sólo de los ajustes políticos y presupuestarios», sino que es «necesario un cambio de actitud personal». Porque hoy Occidente es presa de una crisis de valores, que proyecta rasgos de decadencia y debilidad; hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y esta pauta de vida ha ido modelando la sociedad. «Nos hemos deslizado por la pendiente del relativismo que, como ha definido el Papa emérito Benedicto XVI, no tiene fronteras».«Hoy en día, valores como el trabajo bien hecho, la honestidad, la humildad, el bien común, la familia y la
Como línea de acción de los cristianos ante la crisis, Mayor Oreja propuso cinco puntos:
1- Aprender de la crisis: «se ha hablado mucho de cómo resolvemos la crisis, de cómo solucionarla pero lo primero es aprender de ella. Y luego solucionarla, nunca hemos tenido tantos datos, tantas cifras, pero nunca hemos tenido una falta tan enorme de ideas, nunca hemos estado tan ayunos de buenas ideas porque la crisis está en la persona. Sobran cifras y falta ideas. Debemos entenderla como un caudal de experiencia del que podemos aprender».
2- Más confianza en la familia: «Benedicto XVI afirma que la familia es la única fuera que puede transformar el mundo. Es un ámbito de transformación personal para salir de la crisis. Es la institución por excelencia de la verdad, no podemos esconder ni nuestros defectos ni nuestras virtudes».
3- El relativismo, nuestro primer adversario: «Los creyentes deben enfrentarse al relativismo, la socialización de la nada, que es la principal causa de la crisis que vivimos», dijo Mayor Oreja, que a continuación se refirió a la iniciativa europea One of us, en defensa de la vida: «Creemos indispensable y básico a defensa del derecho a la vida, y esta es la primera vez que podemos manifestarnos juntos como europeos».
4- El adversario está dentro de nosotros mismos: «Nosotros, los católicos, no somos una excepción del fenómeno relativista que padecemos, nosotros también somos parte del problema. Todos nos hemos dedicado a la actividad sectorial que nos corresponde, pero eso debe cambiar»
5- Responsabilidad de los laicos en la Iglesia: «Muchas veces no sabemos dialogar, sumar, juntar a unos y a otros. El papel de los laicos en la respuesta al relativismo es esencial y básica. Los obispos puede definir una doctrina amigablemente, pero la puesta en práctica de estas líneas de acción va a corresponder a los laicos»
«Necesitamos un cambio de actitud personal que pueda devolvernos la esperanza colectiva de regeneración, que empieza por uno mismo y no por los demás, aprender de la crisis, decir lo que no decimos y hacer lo que no hacemos y vencer el miedo a reverenciar a la moda del relativismo el miedo más difícil a combatir», concluyó el Presidente de la Fundación Valores y Sociedad. Hay que perder «el miedo al qué dirán por defender determinadas posiciones en mi tierra vasca», añadió. Y también el miedo al qué dirán «por defender la vida, el matrimonio, la familia, la fidelidad…»
diocesiscoriacaceres.es

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