sábado, 31 de diciembre de 2011

AÑO 2011: PUNTO Y FINAL.

...Y llegamos al último día, al último momento del año. No todos los que comenzaron este año han podido terminarlo.
De los que lo terminan, no todos lo terminan con la felicidad y con la salud con las que nosotros tal vez lo terminamos.
Indudablemente, esto nos debe mover a un acto de gratitud a Dios, que nos ha concedido otro año más.
En estos 365 días del año hemos vivido más de 8.000 horas, y más de medio millón de minutos; ¿Podremos afirmar con verdad, delante de Dios y de nuestra conciencia, que todas esas horas y todos esos minutos han sido vividos con rectitud, buscando el bien y la verdad? ¿No habremos perdido lamentablemente algunos de esos minutos en actos indignos, que nos han rebajado, en violencias, en odios, en torcidas intenciones, en actos de pereza, de soberbia, de sensualidad, en egoísmos repugnantes?
No estará mal que, al terminar este año, nos arrepintamos con sinceridad en nuestro interior de todo lo malo que hayamos hecho a lo largo de él y de todo lo bueno que hayamos dejado de hacer.
Porque si es muy bueno no hacer el mal, es muy malo no hacer el bien; para ser malo, basta no ser bueno; para ser bueno, no basta no ser malo.

Sí, como dice el epígrafe, año 2011: Punto y final. Ponemos final a cuantas historias hayamos vivido y protagonizados, en alguna manera, ponemos fin a mil discordias y mil abrazos, ponemos fin a muchos actuaciones hechas por el orgullo y la soberbia y otra hechas desde el corazón y para el alma. Dejamos atrás un año malo lleno de mentiras de un gobierno innoble, al que se le debería pedir cuentas, y empezamos otro llenos de recortes y sacrificios que son necesarios para volver a vivir tiempos de bonanza. De toda crisis se aprende, no deberíamos olvidar lo que hemos pasado y estamos pasando para que las nuevas generaciones no se encuentren con un mundo entristecido, desesperanzado y falto de casi todo. Somos los responsables de que este mundo y nuestra Sociedad funcione. Dentro de cada ámbito de actuación, desde la familia, trabajo, amistades, vida social y ocupaciones debemos luchar, con denuedo, para que todo marche por el bien de todos.

Se acabó un año de intrigas palaciegas, de rescoldos impropios de quienes dicen llamarse cristianos, de ofensas, persecuciones, falsa unidad en algunos estamentos. Saben por quienes lo digo. Que cada uno coja su vela. ¿Para cuando alguna dimisión que tan necesaria es?

Se acaba un año de persecuciones a todo lo que "huela" a Cristiano, más si cabe a Católico, un año para recordar por la JMJ. Demos gracias a Dios por ponernos a Benedicto XVI en nuestro camino. Con él, con sus enseñanzas, gestos y ejemplos es más fácil el ir por el camino que nos lleva hacia la santidad.

Van pasando las horas y todo en 2011 acaba terminándose, esperemos que el próximo año traiga algo más de paz, de amor, de luz, de concordia, de unidad, de valor, del sentido del sacrificio. Como me ha dicho mi querido y gran amigo Rafael Serrano:"En el AMOR no existen los recortes". Pues eso os digo y hago llegar: Que en el mundo haya mucho amor porque así todo se consigue. ¡Felicidades por ser valientes en este año que nos deja! 

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