lunes, 10 de octubre de 2011

LA BELLEZA DE LA IGLESIA


LA BELLEZA DE LA IGLESIA (XX)
“Iba ella resplandeciente, en el apogeo de su belleza, con rostro alegre como de una enamorada” Est,5,1
LA VIRGEN DEL PILAR Y LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
Pensaba que llegar a veinte Bellezas ya era
bastante, pero como los tres o cuatro feligreses
que aún me leen parece que quieren que
esto siga, y como no paro de ver por
todos lados más Belleza de Dios en
su Iglesia, me propongo seguir hasta
que Él quiera.
Por ejemplo, la Belleza de la Virgen
María en el Pilar de Zaragoza, cuya
fiesta celebramos el próximo día 12.
Aparecida en carne mortal al Apóstol
Santiago, según cuenta la tradición,
dicen que la Madre confortó al
Apóstol, cansado de la falta de acogida
a la fe en los pueblos de nuestras
tierras. Después reanudaría su
tarea con vigor y entusiasmo. Por eso, el
Pilar representa la fe de España. La firmeza
de la fe, que aunque hoy se vea tambaleada
por el avance del laicismo y por tantas adversidades,
está fundada en ese cimiento, en
ese Pilar, que no cede, que no se puede destruir.
Lo han bombardeado, incluso, en la
Guerra. No explotaron las bombas. Allí se
encuentran expuestas.
He tenido la dicha de poder venerar a la
Virgen bastantes veces en el Pilar. Es una
sensación preciosa besar el pilar de piedra
en que posó sus benditos pies, en ese hueco
horadado por tanto amor. Se siente cómo
uno está besando la fe de tantísimos cristianos
que desde hace veinte siglos nos precedieron.
Una vivencia personal: cuando murió mi
padre inesperadamente, era yo muy joven y
me encontraba precisamente allí, en Zaragoza.
Rápidamente me llevaron al aeropuerto
para coger el primer avión de regreso. Alguien
dijo: aún nos da tiempo de pasar por
El Pilar. Así fue. Me pude poner a los pies
de María y puedo afirmar que, lo
mismo que a Santiago, me consoló y
me acompañó durante mi vida posterior
a ese momento tan difícil. Nunca
me ha fallado. Ha estado siempre
detrás mía, animándome, enseñándome
el camino, como solo una madre
sabe hacer con un hijo pequeño.
Y Ella sigue animando e impulsando
hoy la Nueva Evangelización de
España, de la Iglesia, y también la
que se está haciendo ahora en nuestra
parroquia.
Son tiempos recios, en los que es necesaria
una palabra fuerte del Señor, para salvar a
tantos hombres. Es María quien los lleva a
escucharla. Pero cuenta contigo. Por ello, si
tú mismo estás necesitado de Dios, o conoces
a alguien que quiera escuchar una palabra
de consuelo, de bálsamo, no dudes en
acudir a las charlas que se están dando en la
parroquia. No te arrepentirás.
A muchos nos ha cambiado la vida para
siempre. Lo mismo que cambió España después
de ese encuentro a orillas del Ebro. Ya
no fue la misma. Empezaron a caer los ídolos
paganos que la postraban para descubrir
el Triunfo de Jesucristo Resucitado.
Lo mismo sucederá hoy. Jesucristo triunfará
en nuestro paganismo, el tuyo y el mío,
lo mismo que hace tanto siglos, por medio
de la Virgen María.
Petrus quînta

Pedro A. Mejías Rodríguez

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