lunes, 10 de octubre de 2011

LA BELLEZA DE LA IGLESIA


LA BELLEZA DE LA IGLESIA (XV)
“Iba ella resplandeciente, en el apogeo de su belleza, con rostro alegre como de una enamorada” Est,5,
____MILAGROS EN LA JMJ (1): "Tempestad calmada"_____
Yo había visto muchas
cosas en la fe: milagros
personales, conversiones,
vidas redimidas, etc. Pero
nunca una inesperada,
imprevista tempestad
desatada ferozmente
sobre una multitud de
peregrinos, que se calma
milagrosamente cuando se
alza la Eucaristía. Prácticamente
ninguno se movió. Sólo algunos que nos
tuvimos que quedar fuera del recinto (un
policía me confesó que estaban
desbordados, él hablaba de cuatro
millones de peregrinos...), e íbamos con
niños pequeños, regresamos a
cubierto...El Papa tampoco se fue. Sólo
suspendió unos minutos el discurso.
Fue todo un signo de que las fuerzas
del Mal no pueden con la fe de la
Iglesia, de los jóvenes. La tempestad se
calmó. Pero esto solo fué una cuenta
más de un gran rosario de milagros que
se iban produciendo cada día en esta
JMJ.
Horas antes habíamos estado comiendo
con unos amigos que nos contaron lo
siguiente: “nuestro nieto, 15 años, con
su camiseta jmj, sube al autobús de línea
con su tarjeta jmj y empieza a ser
vituperado y acosado por un grupo de
pasajeros “anti-Papa”. Sale en ese
momento del fondo del autobús un
pasajero de raza negra, enorme, y dice:
todos a callar, que a éste lo defiendo yo,
Se sienta a su lado y se pasan todo el
trayecto hablando de
Dios y la Iglesia”. Se
calmó sola la
tempestad.
Al día siguiente, un
grupo de filipinos junto
a nosotros: nos
encontramos como si
nos conociéramos de
toda la vida…
Ver a obispos radiantes de alegría, a
jóvenes exultantes, “borrachos” de
Espíritu, danzando, cantando sin parar,
aclamando a un anciano que les habla de
la Verdad, de Jesucristo, a Quien él
representa. Algo increíble. Lo nunca
visto.
Millones de chicos y de chicas
dispuestos a consagrarse al Señor
respondiendo a su llamada.
Grupos de distinto carisma en una
misma comunión, tejiendo un tapiz
precioso por todo Madrid. En toda
España. Muchos de ellos viniendo por
toda Europa, evangelizando de ciudad en
ciudad.
En nuestra propia parroquia se han
acogido un numeroso grupo de jóvenes
dominicanos que, en total comunión
con nosotros, inundaron San Fernando
con sus cantos y alegría. La alegría de
la fe. La que calma tempestades.
Continuará.
Petrus quînta

(Autor: Pedro A. Mejías Rodríguez)

No hay comentarios:

Publicar un comentario