domingo, 9 de octubre de 2011

¡EMPIEZA UN NUEVO CURSO APASIONANTE!



(Publicado en INFORMACIÓN San Fernando el 25 Septiembre de 2011)



            Cuando, en la nebulosa del tiempo, ya aparecen muy lejanos los días en los que hemos disfrutado del sol, de la playa, del campo, de las ansiadas y necesarias vacaciones tras un largo y arduo año donde varias crisis nos han azotado, y lo seguirán haciendo, con total crudeza; la económica, la social, la de valores, la de creencias, la del compromiso cristiano…,  cuando aparece el sol amarillento del otoño, cuando todo nos vamos reintegrando a nuestros trabajos, los que afortunadamente lo tengan, los niños y jóvenes a sus colegios, institutos y universidades, cuando la rutina diaria, olvidada, se hace palpable cada segundo de nuestra vida, cuando todo eso sucede empieza un nuevo curso donde tenemos que dar el triple de nosotros en todos los aspectos.

            Se abre un Curso de Apostolado para toda la Iglesia, para todas las Realidades y  Movimientos Eclesiales, para todos los cristianos de a pie,  para vivirlo de forma apasionada, con la pasión propia de  todo lo que rodea a nuestra fe, nuestras creencias, se abre las puertas para que  todos los católicos y más los que desempeñamos nuestra Misión  por medio de las Hermandades y  Cofradías, lo hagamos con firmeza, dando cuenta y defendiendo nuestra inquebrantable fe en Dios, en Su Bendito Hijo, en la Santa Madre Iglesia. Debemos, estamos obligados a ello, a ser valientes en la defensa, sin ambages, de la fe que hemos recibido como miembros activos de la Iglesia. Estamos ante un nuevo Curso que, podemos definirlo como  el de la ESPERANZA,  ya que el próximo año será el de las REALIDADES.


            Nuestras HH.y CC. tienen muchos frentes que deben cultivar, incluso, mimar: El cultual, el caritativo, el social, el eclesial y el formativo. Las Hermandades del Siglo XXI tienen que apostar por actuar en más frentes porque la Iglesia y la Sociedad así nos lo demanda. Podemos recrearnos en tiempos pasados, pero tenemos que actuar en el presente para hacer de nuestras Corporaciones Nazarenas instrumentos válidos para la Nueva Evangelización que nos está demandando la Santa Madre Iglesia con el Santo Padre Benedicto XVI a la cabeza.

            Pero, si nosotros, los cofrades debemos atender a las indicaciones asumiendo esfuerzos que vayan encaminados a ese camino, también necesitamos una dirección espiritual que nos ayude a sobrellevar tanto esfuerzo, tanta incomprensión, tanto peso ya que estamos inmersos en un mundo, muchas veces sometido a las fuerzas del mal, a un relativismo que casi totaliza todo, donde la  falta de compromiso y coherencia y  todo lo que suponga sacrificio no interesa porque queremos imponer un mundo “feliz” donde el honor, la fe, el compromiso, el servir a los demás sobra en todas las capas de una Sociedad en muchos casos enferma y hastiada de tantos falsos profetas que lo que quieren es vaciarla despreciando y humillando a todas las instituciones que son básicas para su crecimiento y desarrollo. En  este “campo”, los cristianos-cofrades estamos obligados a actuar para llevar el Mensaje de Cristo y Su Iglesia a todos los que quieran abrir el corazón y seguirle a Él, que Es el Único que da la felicidad y la plenitud. Si nosotros queremos, podemos, pero debemos ser ayudados cuando falten las fuerzas y ahí el importantísimo papel de los Directores Espirituales de las Hermandades y Cofradía y para que esa dirección sea efectiva debe existir una completa unión entre el Sacerdote, encargado de la dirección en el importante campo de la espiritualidad, y la Junta de Gobierno, en la dirección y gestión  de la Hermandad.

            Creo, sinceramente, que  en estos momentos a los que somos cofrades nos piden hechos y palabras firmes y coherentes en la fe y  en nuestra vida. Es bien sabido por todos que nos gusta, y mucho, el barroquismo en la oratoria, versos que suban al inmenso Altar del Cielo así como una prosa ligera y ágil, es verdad, nos gustan las exaltaciones y pregones que rodeen lo inmensamente bello porque va dirigido a la Majestuosa Inmensidad del Señor y su Bendita Madre, pero muchas veces, se quedan en retórica, se quedan en las formas y después no dicen nada, se quedan en una maravillosa expresión, pero carece de sentido cristiano y defensa de nuestra fe. Muchas veces nos quedamos en las formas y nos olvidamos del fondo.

            Animo, desde estas líneas, al Consejo y a todas las Hermandades y Cofradías, de mi querido San Fernando, para que hagan una apuesta valiente y decidida para poner al Apostolado Cofrade y la inmensa e importante riqueza de la Religiosidad Popular al frente de la defensa de todo cuanto creemos y  da sentido a nuestra vida como verdaderos cristianos, católicos coherentes con su fe cuando ya hemos cumplido una década de este Siglo XXI que nos acoge e ilumina.





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