Muchos de los visitantes asistieron anoche a la Misa del Gallo oficiada por el patriarca latino de Jerusalén, Fuad Twal, en la Iglesia de Santa Catalina, contigua a la Basílica de la Natividad, que como en años anteriores estuvo atestada de feligreses.
Belén ha sido el punto de peregrinación de miles de grupos locales y foráneos que acuden a la gruta donde una estrella de catorce puntas en plata y cavada sobre un mármol señala el lugar donde la tradición sitúa el nacimiento de Jesús.
Las celebraciones de este año tienen un sabor especial para muchos palestinos, pues son las primeras que se producen poco después de que su estatus en la comunidad de naciones se haya visto mejorado significativamente.
El mes pasado la Asamblea General de la ONU elevó en una votación el nivel de la representación palestina al de Estado observador no miembro de la organización, todo un logro diplomático en medio del estancamiento en el proceso de paz entre israelíes y palestinos.
En su homilía, Twual confió en que esa decisión sea un "paso hacia la paz y la seguridad de todos", porque "sólo la justicia y la paz en Tierra Santa podrán llevar a restablecer un equilibrio regional y mundial".
Ese reconocimiento siguió a la inclusión en verano de la Basílica de la Natividad de Belén y la Ruta del Peregrinaje en la misma ciudad en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO.
Precisamente el patriarca latino de Jerusalén recorrió ayer esa ruta para entrar en la ciudad de Belén en su tradicional peregrinación navideña.
La ceremonia como suele ser costumbre, fue transmitida al mundo por la televisión palestina, y contó con el presidente palestino, Mahmud Abás, como asistente de honor junto a otros dignatarios entre los que figuraron los representantes de los países europeos custodios de Tierra Santa: España, Italia, Bélgica y Francia.
Durante la jornada la tónica la marcan las plegarias, misas y visitas a altares como el que recuerda el pesebre, la matanza de los inocentes o el que se levantó en conmemoración de San Jerónimo, traductor de la Vulgata, todos ellos en pasadizos subterráneos bajo la Basílica de la Natividad.
Los festejos también se desarrollan durante la jornada en Nazaret, en el norte de Israel, y en Jerusalén, donde la Navidad supone el momento cumbre de la peregrinación a Tierra Santa.
"Gaza y el sur de Israel han salido de una guerra, cuyas consecuencias aún son visibles sobre el terreno y en los ánimos", manifestó el patriarca en una misa en la que afirmó que "nuestra oración abraza a todas las familias, árabes y judías, golpeadas por el conflicto. Que el Señor les dé paciencia, comodidad y consuelo, y que la sociedad les dé asistencia y apoyo".
Pese a que se temía que la última ofensiva israelí en la franja de Gaza en noviembre echaría atrás a los turistas, éstos han acudido a Belén que registrará pleno hotelero y 15.000 visitantes durante la Navidad, según reveló la ministra palestina de Turismo, Rula Maayah.
Entre ellos se cuentan algunos del medio millar de cristianos de Gaza que recibieron un permiso especial expedido por las autoridades militares israelíes para poder salir de la franja.
La temporada se prolongará hasta el próximo mes, pues los cristianos ortodoxos celebran la Navidad en Epifanía, el 7 de enero, y el 18 lo harán los armenios.
Con ocasión de las festividades navideñas, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha difundido un vídeo titulado "La justicia es posible y la esperanza está justificada", con el que trata de expresar que pese a las dificultades que sufren los palestinos por la ocupación israelí hay un margen para el ánimo.
Al igual que en años anteriores, la cinta muestra el paisaje característico de Belén en la actualidad, circundada por los bloques de hormigón del muro de separación israelí, alambrada de espinos y torretas militares, que contrastan con las luces y motivos característicos de estas fechas.
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