Ángel Carromero, el dirigente de Nuevas Generaciones del PP, finalmente ha tenido que pasar la Nochebuena y Navidad en la prisión cubana de 100 y Aldabó, en las inmediaciones de La Habana, en la que se encuentra detenido desde que fue condenado a cuatro años de cárcel por homicidio imprudente el 15 de octubre. Las esperanzas de que pudiese estar con su familia en estas fiestas se difuminaron y no pisará tierra española hasta hoy o, en el peor de los casos, mañana, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes gubernamentales. Viajará custodiado por dos funcionarios de la unidad de Cooperación Internacional del Cuerpo Nacional de Policía que se trasladaron recientemente a La Habana. Una vez en Madrid, Carromero podría ser puesto a disposición de la Audiencia Nacional en aplicación del acuerdo de bilateralidad suscrito por los gobiernos español y cubano en 1998 y que ha permitido la repatriación del preso, condenado el pasado octubre por doble homicidio, y de otros dos españoles encarcelados en la isla. Pese a que los rumores sobre su llegada a España se dispararon ayer, el dirigente de Nuevas Generaciones del PP, condenado a cuatro años de cárcel en Cuba por el accidente de tráfico que costó la vida a los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, no subió a ningún avión en la capital cubana que le trasladara a nuestro país.
«No ha llegado hoy», fue la escueta pero rotunda respuesta de las fuentes consultadas, las cuales, sin embargo, sí dieron como prácticamente seguro que Carromero estará de vuelta de forma inmediata y siempre antes de final del año. Desde que comenzara esta pesadilla el pasado 22 de julio, cuando los dos disidentes murieron, la discreción ha sido máxima. Las negociaciones entre el Gobierno español y el cubano se han mantenido bajo secreto en la mayoría de las ocasiones para no perjudicar la suerte del joven. Y también se ha impuesto la ley del silencio en cuanto a la fecha de su vuelta. Fuentes diplomáticas aseguraron a este periódico que la familia ha pedido que tampoco se le dé una gran publicidad al regreso para asegurar la tranquilidad del militante popular, que «ahora es lo más importante». Una vez que llegue a España, tendrá que «legalizar» su situación penitenciaria, por lo que deberá ingresar en una prisión. Sin embargo, esto no quiere decir que tenga que pernoctar en la misma, ya que en ese mismo momento, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias le puede otorgar el tercer grado o concederle un permiso de salida de unos días. Si obtiene, como todo parece indicar, el tercer grado, irá a dormir de domingo a jueves a un Centro de Inserción Social (CIS), mientras que por las mañanas podrá realizar su actividad laboral normal y los fines de semana, disfrutar de familiares y amigos.
Además, al obtener esa clasificación penitenciaria, cumpliría ya uno de los requisitos necesarios para lograr la libertad condicional durante el resto de la condena, aunque esto es algo que dependerá del juez correspondiente. Y, junto a todo ello, no se puede olvidar que, al estar sometido a la legislación española, puede también pedir el indulto al Gobierno y que se suspenda la ejecución de la pena hasta que se resuelva esa solicitud de medida de gracia, para lo que también, en todo caso, sería la autoridad judicial quien decidiese sobre esa solicitud. Cuba puso como condición para acceder a la repatriación que Madrid, por mediación del cónsul español en la capital cubana, firmará un memorándum en el que reconocía que el proceso judicial seguido contra el joven político había sido justo y con todas las garantías. Precisamente, este punto ha provocado cierto malestar entre la disidencia cubana. Por eso no albergan muchas esperanzas de que Carromero pueda aclarar los hechos una vez que llegue a España. Sospechan que guardar silencio ha sido una de las condiciones impuestas por Cuba para otorgarle su libertad. Este año la oposición cubana no fue invitada a la celebración de la Fiesta Nacional de España, el 12 de octubre, en la Embajada española en La Habana. La disidencia denuncia que España haya renunciado a asumir posiciones incómodas para el castrismo en las cumbres iberoamericanas y en los foros internacionales. También desde Cuba se le habría pedido hacer una interpretación flexible de la Posición Común de la UE hacia la isla. En palabras de Regis Iglesias, portavoz del Movimiento Cristiano de Liberación fundado por Payá, «defendemos la inocencia de Ángel y lamentamos las presiones del Gobierno español para salir del atolladero. Incluso que le hayan hecho dar una versión distinta a la que sucedió. Nos alegramos de que vuelva a España, pero lamentamos que vuelva como detenido».
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