Culminamos un año más con el eterno deseo de que el siguiente supere a éste en todo lo positivo que tuvo, que aunque ciertas dificultades nos impidan advertirlo, también existió. Sin embargo, es el angustioso paro y los flagrantes problemas financieros de cada vez más empresas que tienen que afrontar despidos indeseados e incluso cierres inesperados, lo que sigue amenazando nuestra anhelada recuperación. Y es que estamos atravesando la lucha más feroz en la que toca invertir, sumar, confiar... Por ello el Rey de España reivindica una política con mayúsculas al servicio de los españoles, porque necesitamos volver a creer en unos dirigentes que tantas veces nos han defraudado utilizando su poder en el propio beneficio o contentando sólo a los suyos. Cuando se recorta en ámbitos tan fundamentales de nuestra sociedad, ocasionando que todo el país proteste, cuesta más que nunca comprender que haya políticos que decidan gastar el dinero que no hay siquiera para costear operaciones de vida o muerte, en exhumar cuerpos de los que cayeron allá por el año 1937, en una afortunadamente superada Guerra Civil. Como lo leen, la Diputación Foral de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián, gobernados por Bildu, han firmado un convenio de colaboración para llevar a Guipúzcoa a los caídos en Asturias, que llaman «gudaris», guerreros, igual que a los terroristas que han matado no a un centenar en una guerra, sino a casi un millar en una democracia, y han dejado malheridos a unos cuantos miles de ciudadanos. Y es que hay quien prefiere vivir del pasado que invertir para subsistir.
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