TODOS LOS COCHES DE LUJO DEL CLAN PUJOL.

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  UN PARQUE MÓVIL VALORADO EN 1,5 MILLONES

  Todos los coches de lujo del clan Pujol

  13 COMENTARIOS XAVIER HORCAJO

  Los Ferrari cotizan a unos 150.000 euros cada uno y los Lamborghini algo por debajo de los 100.000 euros. Pujol hijo vive codeándose con los más ricos de México.

• El primogénito de Jordi Pujol, ahora afincado en México como multimillonario, pero antes titular de un despacho de influencias en la calle Ganduxer de Barcelona, dejó en el garaje una verdadera escudería de autos, algunos clásicos y otros modernas joyas de mercado en la actual industria del motor. En total, un millón y medio de euros, según los expertos consultados, en estos espectaculares objetos del deseo para los amantes de la velocidad; para otros, amasijos de tornillos y chapa.
  Al Ferrari 328 GTS de 1989, considerado de “alto valor” entre coleccionistas por ser el último modelo diseñado por Enzo Ferrari, hay que añadir otro Ferrari F-40, también muy valorado. Los Ferrari cotizan a unos 150.000 euros, cada uno. Coches de esos que estrella Cristiano Ronaldo.
  
  SUPERLUJO: Una colección de turismos al alcance de muy pocos: Ferrari 328 GTS, Lamborghini, Mercedes, Porsche. Jaguar B Type 3,8. Lotus Elan. 
  Con uno de ellos, el hereu Pujol se dio el capricho de participar en dos ediciones de las 24 Horas de Le Mans, junto a algún amigo de CiU, como Carles Vilarrubi, al que su relación con los Pujol llevó al consejo de Telefónica, en épocas de Juan Villalonga. Pero el que tiene dos Ferrari (en algún momento tuvo más) también quiere tener dos Lamborghini, en este caso un Miura y un Diablo, porque la gente a menudo los confunde. Estos cotizan algo por debajo de los 100.000 euros cada uno. Hasta ahí, parecen los gustos de un crack del fútbol, de un playboy añejo o de un magnate ruso. Hay algunos otros caprichos deportivos como un Lotus Elan, un clásico del automovilismo británico que cotiza por unos 60.000 euros. Cómo no, esta colección no sería ejemplar sin modelos de la marca bávara Porsche. La escudería Pujol eligió dos tradicionales: el 911-S (dos ejemplares, por si el color no convence) y el precioso 356 Super 90 XJ.
  El patrimonio multimillonario que posee este vástago primogénito ha sido construido a la sombra de su padre, Jordi Pujol Soley.
  Sin duda con la pretensión de hacer más madura la colección, Jordi Pujol Ferrusola, acusado por una amante, Victoria Álvarez, de ser un maltratador “físico y psicológico” y de llevar bolsas con fajos de billetes de 500 euros a la Banca Mora de Andorra, se hizo con un Mercedes SLR McLaren, de 626 caballos, del que sólo se fabricaron 1.700 unidades en todo el mundo. Su precio ronda los 300.000 euros. A este Mercedes, le acompaña otro excelente modelo 320 SL descapotable de la misma marca. Jordi Pujol Ferrusola (Barcelona, 1958) también se hizo con dos Jaguar B Type 3,8 Roadster, estimados en unos 120.000 euros cada uno. Sin duda por un detalle sentimental –tal vez recuerdo de algún familiar–, la colección cuenta con un Seat 600, el primer coche de muchos catalanes. El suyo es el E, como el del protagonista de Cuéntame cómo pasó, la popular serie de televisión.
  
  Al que le gustan los coches, le suelen gustar las motos. Por eso, Jordi Pujol Ferrusola, que intermedió todo tipo de operaciones de la Generalitat presidida por su padre, conserva una Bultaco Sherpa y una Suzuki Ux150, con la que solía acudir a sus citas en Barcelona, para no levantar sospecha de sus riquezas. Mover este parque móvil exige disponer de una nave donde conservarlo adecuadamente y de remolques. El que fuera conocido en la Administración catalana como “JP2” dispone de dos remolques, uno de ellos con plataforma; así como de una furgoneta pick-up Nissan 2,5.
  Ha perdido el tiempo en los oscuros negocios trabajando en un despacho de influencias en la calle Ganduxer de la Ciudad Condal.
  Ahora, las apariencias le importan muy poco. Vive codeándose con los más ricos de México, como sus socios en el hotel El Encanto, de Acapulco (uno de los más caros del país), o con sus consuegros, propietarios del Grupo México. Pujol Ferrusola vive pendiente de las llamadas al despacho del elegante barrio de Chelsea, desde el que mueven su dinero entre paraísos fiscales: de las Islas del Canal a Delaware, o a Suiza. Por no hablar de sus inversiones en el puerto fluvial argentino del Rosario, uno de los más activos en graneles del subcontinente americano. Un multimillonario construido a la sombra de su padre, Jordi Pujol Soley.