Y como miércoles que es cierro edición de SED VALIENTES con un nuevo artículo que en su día publicara en "Raíces de Grazalema" nuestro siempre querido y recordado Diego Martínez Salas.
Esta vez traigo una de las tradiciones de tan bonito pueblo como es "La Cencerrada de las vísperas de San Pedro en Grazalema" y que os puedo asegurar es un trabajo sumamente interesante.
Sirva, como no, esta para rendir un homenaje póstumo a la memoria de Diego así como mi particular reconocimiento a su equipo de amigos y colaboradores que hicieron posible "Raíces de Grazalema".
Sirva esta publicación como muestra de cariño y admiración hacia su viuda, hijos, madre, familia, amigos así como a todo el pueblo de Grazalema y grazalemeños estén donde estén.
Recibid todos un abrazo con sabor a eternidad,
Jesús Rodríguez Arias
raicesdegrazalema.wordpress.com
Publicado por Grazalema
.
Cuando era pequeño disfrutaba haciendo sonar cencerros y caracolas el día de San Pedro, pero ya entonces me preguntaba porque celebrábamos esta fiesta de esta peculiar forma y porque precisamente el día antes y no el mismo día de San Pedro. Para saberlo hay que acudir al Evangelio.
Jesucristo para hacerse comprender mejor se ayudó de imágenes de las tareas y labores propias de los pastores y agricultores a los que predicaba. El mismo se presentaba como el Buen Pastor que cuidaba de sus ovejas. Esta figura la volverá a utilizar cuando tras su resurrección nombre a Pedro, Pastor Supremo de la Iglesia por él instituida:
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Si, Señor; tu sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Si, Señor; tu sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.”
.
Pastor Supremo de la Iglesia Universal, no resulta extraño que fuese acogido como particular patrón por ganaderos y pastorea; por eso su festividad era especialmente celebrada en Grazalema y Benaocaz, localidades eminentemente ganaderas.
De la importancia de esta actividad en las Cuatro Villas, solo decir que la industria textil de Grazalema consumía a finales del S. XVIII más de 200.000 kilos de lana al año, lo que supone una cabaña ovina en la comarca circundante de unas 60.000 cabezas aproximadamente. (2) Muchas de las cuales debieron ser cuidadas por pastores grazalemeños.
Llegado el mes de junio, se esquilaban las ovejas, se vendía la lana, y en cierto modo se cerraba el ciclo anual de la actividad. La fiesta de San Pedro y San Pablo que se celebraba y sigue haciéndolo el 29 de junio, se erigía entonces como el momento idóneo para que pastores y ganaderos se reunieran y concertaran sus acuerdos, los usos de los pastos para el nuevo año, y solucionasen los problemas que a ellos afectaban.
La Iglesia ha venido celebrando desde sus inicios las Vísperas de las fiestas más importantes del año litúrgico, entre ellas la fiesta de San Pedro y San Pablo. Al rezo de las Vísperas de la Liturgia de las Horas, se sumaba el toque festivo y volteo de las campanas, las luminarias en la torre de la Iglesia, o las hogueras encendidas en honor al Santo. En Grazalema y en Benaocaz, los pastores añadían como su particular contribución a las Vísperas de San Pedro, la cencerrada que desde la mañana hasta la tarde recorría sin descanso todas las calles del pueblo haciendo sonar todo tipo de cencerros, cuernos y caracolas, anunciando la festividad de su patrón, pidiéndole que ahuyentase los malos espíritus y que abriese las puertas del cielo a los difuntos.
.
.
Llegado el día 29 de junio, la fiesta pasaba a la Iglesia de la Encarnación, donde el Cabildo Eclesiástico de Grazalema, entendido como el conjunto del clero residente en la Villa y que en estos años superaba la treintena individuos (3); celebraba con toda solemnidad un Sermón con exposición solemne del Santísimo, y que solía encargar a predicadores de prestigio, a través de un Diputado o representante al que se encargaba esta tarea.
.
Imagen de San Pedro Papa en el Altar Mayor de la Iglesia de la Encarnación, destruido en 1936.
A dicho acto se invitaba al Cabildo Secular que acudía en pleno con el Corregidor a la cabeza, como máxima autoridad y representante del Duque de Arcos, Señor de Grazalema.
De dichas celebraciones, se ha conservado impreso el Sermón pronunciado en 1735 por el Doctor don Alonso Francisco de Esquivel y Gallegos.
Este jovencísimo doctor que sólo contaba con veinte años de edad, cuando dictó su lección, era lo que hoy calificaríamos como un niño prodigio. De él decía el Rector de Colegio Carmelita de San Alberto de Sevilla que:
.
“…que con la temprana y clara luz de la razón despreció las recreaciones de niño y fue el ejercicio de su puericia el empleo de la juventud mas honestamente aplicada, por lo cual en la Teología Escolástica fue tan veloz el vuelo de su curso, que en los actos literarios que le vi tener, le era más debido el regentear la cátedra, que actuar la silla: en la Teología expositiva, fue tan ligero el curso de su vuelo, que de edad de dieciséis años predicó en su tierra un Sermón con extraña admiración de los inteligentes y con universal aplauso de todos los que llenaban el concurso, venciendo la innumerable dificultad del Nemo Propheta acceptus in patria sua.” (4) (nadie es profeta en su tierra)
Poco más sabemos de este “niño prodigio”, al que quizás una temprana muerte, truncó su brillante futuro literario; salvo que fue capellán de don Manuel de Lequetegui, Gobernador y Contador Mayor de los Estados y Hacienda del VIII Duque de Arcos, del que era tutor legal, lo que le convertía en uno de los personajes más poderosos de la Andalucía de estos años, y al que dedicó el Sermón, lo que permitió por su patrocinio su publicación y conservación; uno de cuyos ejemplares hemos encontrado en e fondo antiguo de la Biblioteca Provincial de Cádiz, y que hemos digitalizado y subido a nuestra Biblioteca Virtual y que puedes descargar en el siguiente enlace:
https://www.dropbox.com/s/whgekj7nps0ani0/Sermon%20San%20Pedro.pdf
.
El polvo de los años, y la modernidad ocultaron la memoria de los sermones, ensordeciendo los vuelos de campanas, apagando las luminarias y las hogueras. Sólo la humildad y perseverancia de los pastores de la Sierra mantuvo año tras año esta tradición en honor a San Pedro, hasta que se celebraron las últimas cencerrás en los años setenta.
En esos años y mientras las mujeres se afanaban en el encalado de las fachadas para la cercana Virgen del Carmen, se rebuscaba en los altillos de las casas para desempolvar los viejos cencerros, buscando los mas apreciados por su tamaño que eran los de los bueyes y se colgaban al cuello, tantos como se pudiesen llevar, los “Harillo”, de familia ganadera eran famosos por el número y tamaño de los que portaban. Algunos como los tíos de Gregoria Barea hacían muescas en los cencerros para alterar su sonido, siguiendo la costumbre de los pastores que así identificaban los animales a su cargo. Cuanto todos tenían su cencerro o su caracola comenzaba el rito de hacerlos sonar por todas la calles, hasta llegar y rodear los peñascos, hasta que la tarde y el cansancio los hacía volver a sus casas.
Hoy las cencerrás de San Pedro han podido recuperarse felizmente gracias a la Asociación el Remolino Verde de Letras y Colores, para disfrute de los más pequeños y satisfacción de los que ya peinamos canas. Gracias a ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario