martes, 1 de marzo de 2016

PARA MEDITAR

El crecimiento personal requiere, por una parte, descubrir los valores constitutivos del hombre como persona tomando conciencia de sí y de su destino; por otra parte requiere la auténtica fe, que exige reconocer un camino de maduración hacia un cristianismo adulto en plenitud de la verdad y el testimonio evangélico. 

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