Kim Davis es una mujer de Kentucky, funcionaria del condado, que vivó casi toda su vida sin religión y se divorció 3 veces.
Hasta que en 2011 se hizo cristiana y decidió tomarse en serio a Dios y la familia... y por eso un juez la ha encarcelado este jueves y la prensa progresista la está linchandomediáticamente con burlas y bromas.
Es la primera cristiana en ir a la cárcel en "el país de la libertad" por negarse a colaborar en ceremonias de bodas gays, en su caso tramitando licencias de boda.
Muchos otros cristianos han sido denunciados, multados, acosados legalmente y despedidos en EEUU por no colaborar en bodas gays (panaderos, pasteleros, fotógrafos, floristas) pero en este caso el juez ha decidido que la infractora debe ir a la cárcel.
El juez ha explicado que una multa no bastaría para forzarla a tramitar licencias de boda gay porque otra gente podría ayudarla a pagar.
El juez no lo ha dicho, pero todo el mundo lo piensa: hay que escarmentar a los disidentes con un caso ejemplar.
Kim Davis explica su postura ante la prensa: poner su firma en una licencia de matrimonio gay repugna a su conciencia y la obliga a desobedecer a Cristo
Hace dos meses, el matrimonio de personas del mismo sexo era ilegal en Kentucky por decisión de tres de cada cuatro votantes.
En noviembre de 2004 el 75 por ciento de los votantes de Kentucky votaron a favor de incluir esta enmienda en su constitución: "Solo el matrimonio entre un hombre y una mujer será válido o reconocido en Kentucky. Un estatus legal idéntico o sustancialmente similar al del matrimonio para individuos no casados no será reconocido ni válido".
La voluntad de 3 de cada 4 votantes del lugar quedó anulada hace dos meses por el voto de 5 jueces contra 4 en el Tribunal Supremo.
Kim Davis se ha negado a tramitar licencias de matrimonio del mismo sexo reiteradamente y ha dejado claro que es por motivos religiosos. Cuando el gobernador demócrata del Estado le ha insistido, ella ha repetido que se debe a la autoridad de Dios, que es superior.
Un tribunal federal el lunes se pronunció y le ordenó que de manera inmediata retomara la entrega de licencias. Ella insistió ante los jueces que «el matrimonio es entre un hombre y una mujer», y que ella no podía contravenir «la autoridad de Dios».
Este jueves el juez David L. Bunning ordenó encarcelar a la peligrosa disidente que defiende, básicamente, lo que dice la Constitución de su estado votada por el 75% de los votantes: que el matrimonio es de hombre y mujer.
El juez David L. Bunning ha ordenado encarcelar a la funcionaria cristiana, declarando que las multas no iban a bastar para conseguir que ella pusiera su firma en los documentos que repugnan a su conciencia
El juez dice que cuando la cristiana se incorpore a firmar licencias saldrá de la cárcel. Los abogados de Kim dicen que como mucho ella podría aceptar no interferir, pero no firmar. Como es la jefa de la oficina, una licencia sin su firma, firmada por funcionarios menores, tiene un estatus legal dudoso.
El juez argumenta que no se puede dejar «que cada ciudadano pudiera elegir qué leyes quiere cumplir y cuáles no». Muchos juristas a ambos lados del Atlántico le responden quees un caso clásico de libertad de conciencia y que bastaría con encontrar lo que las leyes europeas llaman un "acomodo razonable": que el poder no fuerce a nadie a hacer lo que repugna a la conciencia, y que busque, en este caso, formas alternativas de tramitar licencias (puede hacerlo otro funcionario). Pero muchos en EEUU quieren un caso ejemplificante.
Más allá de estar en prisión y sufrir persecución por la justicia civil, Kim Davis sufre persecución, mofa y befa mediática. No es una mujer físicamente agraciada, y eso lleva al linchamiento mediático en una cultura superficial y televisiva.
Muchos medios han insistido en señalar que se divorció 3 veces (aunque volvió a casarse una cuarta vez con su segundo marido) y que por lo tanto el matrimonio no le importa tanto... olvidando que eso fue antes de su conversión al cristianismo en 2011.
Sucedió cuando su suegra, en su lecho de muerte, le pidió, como deseo final, que acudiera a la iglesia. Así lo hizo en una congregación evangélica, experimentó una fuerte conversión, admitió el señorío de Cristo en su vida y se implicó en la iglesia, a la que acude 3 veces por semana.
También ha acudido a la cárcel del condado a impartir clases de Biblia entre los internos.Ahora, encarcelada también ella, podrá decir a sus compañeros de estudios que los comprende mejor: es una experiencia fuerte para una experta legal que evangeliza en prisiones.
Al final, se trata siempre de coherencia y testimonio. El 31 de agosto Kim respondió públicamente así a la orden de que tramitase licencias de matrimonio gay:
"Nunca imaginé que un día así llegara, en el que se me pidiera que violara una enseñanza central de la Escritura y de Jesús mismo respecto al matrimonio. Emitir una licencia de matrimonio que entra en conflicto con la definición de matrimonio, con mi nombre inscrito en el certificado, violaría mi conciencia. No es un tema ligero para mí. Es una decisión de Cielo o Infierno. Es una decisión de obediencia. No tengo animosidad contra nadie ni mala voluntad. Para mí esto nunca ha sido un tema de gays o lesbianas. Se trata del matrimonio y la Palabra de Dios".
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