lunes, 28 de septiembre de 2015

PARA MEDITAR

La esperanza es la firme seguridad de alcanzar lo prometido que conocemos por la fe. La esperanza cristiana es vivir ya lo visible de la fe, aquello que un día veremos cara a cara. La esperanza es también compromiso y no mirar sólo al futuro, sino también al presente. La esperanza es histórica y alimenta la vida diaria. Pero hay también esperanzas cortas y esperanzas largas. Esta es la cuestión. 

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