sábado, 5 de septiembre de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido? (Evangelio del día). Esta pregunta es propia del grupo de los fariseos que "gustaban" cumplir la ley y, para ellos, es hasta legítima. Y esto provoca la respuesta de Jesús: «El Hijo del Hombre es señor del sábado». Es verdad que el cristiano actual también tiene normas y preceptos, pero hay una diferencia clara y abismal, que nos la puede disipar la pregunta: A quién seguimos, ¿a la ley o a Jesús? Porque si las normas no me llevan a Jesús, no me lleva a cumplir la voluntad y el plan de Dios en mi vida y la vocación y misión a la que me llama, ¿de qué me sirve? Pero esto es muy sutil porque, bastantes veces, yo me "fabrico" (y hasta me invento) el plan de Dios, la vocación y misión. Vamos, que le decimos al Señor, "quítate Tú que me pongo yo". También debemos examinar con que autoridad le puedo "exigir" al otro que "cumpla" un precepto, porque no se trata de "cumplir" sino de seguir a Cristo. Así como tampoco me puedo constituir en juez de lo que hacen otros y, menos aún, porque no "cumplen" o "hacen" de acuerdo con mi "óptica", con mis deseos o, peor aun, con mi imposición. Y, aún menos, si lo exijo con "chantajes emocionales". En último caso siempre esta el precepto del amor por encima de todo, pero no llamemos "toalla a cualquier trapo" (no llamemos amor a otra cosa), ni "negociemos" con el amor, ni "sometamos" al otro con "mucho cariño". Pues que Dios, "gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne" nos ayude a entender bien "esto del sábado y de la ley" y nos haga buenos colaboradores que sepamos llevar su mensaje de verdad y salvación. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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