EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy». (Evangelio del día). Jesús, como ya sabéis, se refiere a que será levantado, en la cruz, por los Judíos. Sólo en ese momento sabrán quien es Él, –qué es Dios- ("Yo soy", dice el A.T.) Nosotros también lo sabemos y, el que más o el que menos, tiene un crucifijo en casa. Pero, ¿como vivimos nosotros nuestra cruz?, porque, es evidente, que todos tenemos nuestras cruces. Y nuestra cruces las podremos enfrentar y abordar cuando las descubramos, cuando las "lavantemos". Pero aquí debemos considerar dos aptitudes que podemos adoptar: "levantar" la cruz desnuda o "levantar" la cruz con Cristo. Ahora estamos viviendo una situación familiar dura, que se barrunta larga y sin retorno; pues es el momento de "tomar" la cruz, ¿sola o ponemos a Cristo en ella? Tomarla sola implica que todo dependerá de nuestro esfuerzo. Si levantamos la cruz con Cristo, si insertamos a Cristo en nuestra cruz, podremos llegar a descubrirlo, bendita paradoja, pero que nos hará más llevadero el peso, le daremos más sentido al dolor y lo haremos redentor. Pues que, a pesar de nuestras infidelidades; de que, en parte, crucificamos a Cristo, el mismo Cristo nos haga verlo con los brazos abiertos, reconociéndolo Dios y Pastor. Santa María de Caná, ruega por nosotros.
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