sábado, 28 de febrero de 2015

* ¡BUEN SÁBADO!




Hoy sentado frente a mi ventana mientras la montaña me observa detenidamente y Canijo se seca casi metido en la chimenea del baño que le ha propinado Hetepheres me he puesto y predispuesto a escribir saboreando el gusto y regusto de poder hacerlo.

Sábado esplendoroso, luz clara en cielo celeste, silencio solo roto por el crepitar de la leña mientras se quema y el sonoro lavatorio de nuestro gatito payoyo.

Poco más de las nueve de una mañana que no volverá más como todos los días que ya han pasado por nuestras vidas. ¡Tranquilidad!

La felicidad verdadera no se alcanza por tener mucho sino que lo que tienes de sentido a tu vida. Prefiero mil millones de veces estar en mi querido pueblo que en la más majestuosa ciudad donde me ofrezcan todo con solo dar un paso porque a mí ese "todo" significa absolutamente nada.

Dentro de unos minutos estaremos perdidos en la sierra, caminando tranquilo sin prisas ni pausas porque el reloj se detiene aunque el tiempo prosiga su marcha. Dentro de unos minutos estaremos alejado de todos y nuestras mentes se quedarán absortos con el fugaz sonido del planear de un buitre, de la brisa de viento rompiendo en la roca, de balido de una oveja allá en la distancia, mientras pisamos una alfombra verde que es única y verdadera amparados en la cubierta azul que es el cercano cielo.

¡Buen día sábado! ¡Buen día amigos! ¡Sed felices!

Jesús Rodríguez Arias

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