domingo, 18 de febrero de 2018

LA IMPORTANCIA DEL ENCUENTRO: VISITAS DE ISRAELÍES A SAN SALVADOR



Llegaban en grupo a San Salvador por primera vez y les guiaba fray Alberto Pari, Director del Instituto de Música Magnificat y encargado del diálogo interreligioso y de las relaciones con la sociedad israelí. Los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa recibieron el 8 de febrero al primer grupo procedente de una sinagoga, acompañado también por el padre Rafic Nahra, vicario patriarcal para los católicos de habla hebrea.
La apertura hacia toda la población local ha sido siempre una prerrogativa de la misión franciscana en Tierra Santa. Por tanto, abrir las puertas de su “cuartel general”, que para los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa es el convento de San Salvador, es una manera de darse a conocer y de mostrar los frutos de su obra.

El grupo de la Keilá Sion que visitó el convento lleva más de cinco años colaborando con la comunidad de habla hebrea y con fray Alberto.
«Todo empezó hace unos años, cuando esta comunidad estaba naciendo y buscaban interlocutores cristianos que también hablasen hebreo», explica fray Alberto. De ahí surgió una amistad entre el rabino responsable de la sinagoga, Tamar Appelbaum, fray Alberto y el padre Rafic Nahar, y comenzó a abrirse paso la voluntad de crear iniciativas para encontrarse y conocerse mejor. Hoy el estudio de la Torá, de los midrashim y de los Padres de la Iglesia son solo algunas de las actividades comunes, como lo es un centro de caridad “interreligioso” donde se recoge ropa y enseres usados para donar a cristianos, musulmanes y judíos con dificultades.

Precisamente por la importante colaboración establecida, la visita a uno de los lugares donde viven los franciscanos fue para los miembros de la sinagoga Sion un bonito momento de conocimiento. Fray Alberto guio al grupo en la iglesia de San Salvador: a la sala de nácar en la que se exhiben objetos antiguos y muy valiosos de la Custodia realizados en nácar y madera de olivo; al refectorio y a la terraza del convento. Entre las preguntas y el interés general, los amigos israelíes mostraron con entusiasmo que habían disfrutado la visita.

Entre los grupos que descubren por primera vez el convento también hay muchos jóvenes israelíes que se preparan para el servicio militar. Durante el año anterior al servicio en el ejército (mekhina – preparación), está prevista una visita a Jerusalén para conocer las tres grandes religiones de la ciudad: judaísmo, cristianismo e islam. Son precisamente los frailes franciscanos los que presentan a los jóvenes la religión cristiana. Habitualmente fray Alberto organiza los encuentros, ayudado a veces por frailes que hablan hebreo, fray Clovis Bettinelli, fray Marco Carrara y fray Ayman Batesh que, por ejemplo, lo hizo el 14 de febrero con un grupo de israelíes, acompañados por dos guías.
«Vengo con frecuencia a San Salvador para traer grupos de israelíes a visitar el convento – explica Aviv, un guía -. Son grupos de treinta o cuarenta jóvenes». Los franciscanos les reciben y les ofrecen su testimonio de vida. «Les he hablado de la espiritualidad de Jerusalén y de cómo rezamos los cristianos», explica fray Ayman. Normalmente muchos jóvenes salen impresionados por la visita. «Los chicos se sorprenden de la diferencia entre su imagen mental y la realidad – sostiene Aviv -, porque les han educado hablando de odio, conflicto y persecución, pero después conocen a las personas reales. Saben lo que hicieron los cruzados, pero después se encuentran con gente agradable».

Para los israelíes es interesante porque es como si visitaran otro mundo: se encuentran con idiomas, edificios, vestimentas diferentes. Así dice el guía Aviv, que concluye: «Creo que la Custodia está haciendo un gran esfuerzo por acercarse a la sociedad israelí. Y es una bendición encontrar a alguien que cree en la importancia del encuentro entre comunidades diferentes».

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