sábado, 10 de junio de 2017

CARMEN COZAR, LA PRIMERA DIRECTORA DE LA RAHA

Conocí a Carmen Cózar Navarro en un retiro espiritual en Dos Hermanas, Sevilla. Ella como nosotros esperábamos el turno para hablar y descargar el saco de tanto y tanto con mi siempre querido Padre D. Manuel Orta que fue mi director espiritual durante cinco años y que si el Señor así lo quiere lo volveré a ver más pronto que tarde pues es un hombre tocado por el mismo Dios.
Desde entonces comenzó una buena amistad tanto con ella como con su marido Agustín Rosety Fernández de Castro y a pesar de que hace bastante tiempo que no nos vemos si podemos decir que los queremos de verdad con esa base de cariño que nace del mismo corazón sin intereses ni manipulaciones.
Tuvimos el inmenso honor en asistir a muchos de los actos que convocaba la Real Academia Hispano Américana de Cádiz y allí coincidíamos con el anterior rector y también buen amigo nuestro Rafael Sánchez Saus, el actual, Manolo Bustos y muchos, queridos y buenos amigos como pueden ser Enrique Montiel y Jesús Maeso de la Torre.
Estuvimos en el día que se despidió del cargo y lo hizo con esa elegancia natural que atesora, esa sencillez de los que gustan rehuir de los primeros planos, ese saber estar de lo que en realidad es: Una auténtica Dama.
Y me he alegrado muy mucho el encontrarme con este reportaje magistralmente escrito y tratado por nuestro siempre admirado José Joaquín León porque pienso que todo el mundo merece tener conocimiento de la vida y obra de una gran señora que nunca puede pasar desapercibida como ella quisiera, de Mamen Cózar Navarro.
Me alegro mucho que Diario de Cádiz te haya hecho justicia.
Un beso mi querida amiga y comparto con honda emoción la alegría que debes sentir en estos momentos.
Que Dios, al que sirves con denuedo, te bendita a ti, a tu maridos y toda tu querida Familia.
Jesús Rodríguez Arias



Diario de Cádiz

María del Carmen Cózar presidiendo un acto cuando era directora de la Real Academia Hispano Americana,José Joaquín León
A base de esfuerzo, fue capaz de estudiar e investigar, mientras ejercía como madre con sus dos hijos. Siempre ha estado unida a su familia. Es una mujer de valores y de valía, que supo aprovechar los momentos para llevar adelante su vocación como historiadora.

María del Carmen Cózar Navarro (Cádiz, 1953) nació y pasó sus primeros años en una casa de la calle de la Rosa, donde vivían sus abuelos maternos. El padre, José Luis de Cózar González de Aledo, era médico de la Armada, la misma profesión que tenía su abuelo. Los Cózar estaban en Cádiz desde mitad del siglo XIX y los Navarro desde principios del siglo XX, cuando llegó de Arcos el abuelo materno, que se llamaba Manuel Navarro y se casó con la santanderina Pilar Arce. La madre de Carmen Cózar se llamaba Pilar Navarro Arce, y era ama de casa.

Pronto se fueron a vivir a San Fernando, donde el doctor Cózar trabajaba como dermatólogo en el hospital militar de San Carlos. María del Carmen venía con su madre a Cádiz todos los días, a visitar a su abuela, y también a las fiestas del Carnaval o a las procesiones de Semana Santa. Cádiz y La Isla le parecían el mismo lugar.

Eran cinco hermanos: Piluca, Inmaculada, José Luis, Carmen y Lourdes. En muchas familias de aquellos tiempos, aún existía la costumbre de que las niñas no estudiaran carreras universitarias. Sin embargo, María del Carmen, como ella dice, se salvó de limitarse al bordado. Tras realizar sus estudios primarios y de Bachiller en la Compañía de María de San Fernando, pasó al Instituto del Rosario en Cádiz para el que sería último curso de Preuniversitario. Después empezó a estudiar Filosofía y Letras en el Colegio Universitario de Cádiz, que aún dependía de la Universidad de Sevilla.

Cuando estaba en segundo curso de Filosofía, conoció a Agustín Rosety Fernández de Castro, que entonces era teniente de Infantería de Marina. Después de un noviazgo intenso de nueve meses, se casaron cuando ella sólo tenía 20 años. La boda tuvo lugar en la iglesia del Carmen isleña. Y el convite en el Casino Gaditano.

El matrimonio tiene dos hijos: Agustín (socio director de Moebius Consulting) y José Luis (que es comandante de Infantería de Marina). Aunque Carmen considera que tuvo cuatro hijos, ya que sufrió un aborto y un embarazo extrauterino, cuyo final fue doloroso y traumático. Tienen cinco nietos: dos de su hijo mayor (María y Natalia) y tres del menor (Pepe, Emma y Carmen).

Cuando nació su primer hijo, dejó de estudiar durante dos años para dedicarse a cuidarlo. Su marido, al ser militar, a veces debía irse para participar en maniobras. Se volvió a matricular en 1976, cuando Filosofía y Letras todavía estaba en Valcárcel. Le convalidaron asignaturas. Un año después, cuando estaba en tercero, volvió a quedarse embarazada. Ante las dificultades, optó por matricularse en la UNED (Universidad a Distancia) donde hizo cuarto y quinto curso, licenciándose en Geografía e Historia.

El matrimonio se trasladó a Madrid. Agustín, su marido, participaba en un curso de Estado Mayor. Carmen investigaba en el Museo Naval y el Archivo de la Marina. El profesor Ángel Martínez Velasco le dirigió su tesina sobre La Infantería de Marina en la Restauración. Fue su primer libro.

Trabajó tres años como profesora de Historia en el colegio del Rosario de Madrid. Después volvieron a Cádiz, donde su marido fue nuevamente trasladado. Gracias a la mediación de su hermano José Luis, que era profesor en el colegio San Vicente de Paúl, Carmen consiguió entrar como profesora, y ejerció durante tres años, hasta que no pudo compaginarla con la plaza de profesora de Historia Económica, que había conseguido en la Facultad de Empresariales.

Inició así su trayectoria de profesora universitaria. También la tesis doctoral, que le dirigió Alberto Ramos Santana, catedrático de Historia Contemporánea de la UCA. Trataba sobre Ignacio Fernández de Castro, un antepasado de su marido, que volvió a Cádiz en 1830, y que estaba al frente de una empresa naviera, que hacía negocios con Filipinas, entre otros transportes. Carmen Fernández de Castro, que era monja de las Esclavas, la ayudó mucho para que accediera a la documentación que guardaba la familia. De ese modo, surgió su tesis doctoral, Ignacio Fernández de Castro, una empresa naviera gaditana, que leyó en 1996, y asimismo fue publicada.

No fue fácil. Durante cuatro años impartía clases, trabajaba en casa, cuidaba a los niños, y por las noches dedicaba dos o tres horas a la tesis doctoral. Así todos los días, durante cuatro años. En 1997 obtuvo una plaza de profesora de Escuela Universitaria. Después hizo la oposición de catedrática de Escuela y pasó a ser profesora titular de Historia Económica.

Entre sus trabajos, hay otro de origen familiar, sobre Natalia Fernández de Castro, que ganó un premio de novela, fue corresponsal de guerra en México y publicaba en periódicos como El Tiempo, donde firmó como Luis de Viana.

Carmen Cózar organizó durante 10 años los cursos Defensa y Economía, que se hacían con gran éxito de participación y destacados conferenciantes en Empresariales. Para ella, la Universidad es una vocación que le apasiona.

En 2000 fue recibida como académica de número de la Real Academia Hispano Americana de Cádiz. Fue la última que recibió Antonio Orozco como director. Carmen Cózar se convertiría en 2009 en la primera mujer que dirigía la RAHA de Cádiz, sustituyendo a Rafael Sánchez Saus. Ejerció ese cargo durante seis años, hasta que la relevó Manuel Bustos en 2015.

Fue un periodo muy importante, ya que coincidió con el Centenario de la Academia, que se conmemoró con diversos actos, entre ellos una recordada exposición en la Casa de Iberoamérica. También con los actos del Bicentenario de la Constitución de 1812 y el encuentro de academias en Cádiz. En su mandato se publicó la Historia de la Real Academia Hispano Americana, se puso en marcha la revista tras ser recuperada, digitalizaron la biblioteca y crearon una web. Hubo un hermanamiento con la Academia de Puerto Rico, que la nombró académica. En 2001 había sido recibida también como académica de San Romualdo, de San Fernando.

Actualmente, está trabajando en colaboración con Martín Rodrigo, profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, en investigar el tráfico de esclavos en el siglo XIX, tras la prohibición. Sobre este asunto se celebrará un importante congreso en Cádiz los días 5 y 6 de octubre.

Dice que sitúa a Dios en el centro de su vida. Durante tres años, en los 90, fue profesora de historia de la diócesis de Cádiz en el Seminario. Actualmente colabora con el Obispado en la comisión organizadora de los actos del 750 aniversario de la diócesis y en la comisión de Arte Sacro. Es Dama Hospitalaria y pertenece a diversas asociaciones. La Semana Santa gaditana le gusta verla a pie de calle. Sus hijos han salido en Piedad, que es su cofradía preferida, junto a Medinaceli, entre otras.

No ha querido sacrificar a su familia por su profesión, ni tampoco al revés, sino sacrificarse ella para exprimir el tiempo. Tiene ese rasgo tan femenino que caracteriza a las mujeres con buen carácter, capaces de hacer la vida más agradable y sencilla de lo que es. Supo aprovechar oportunidades para conseguir sus objetivos. Y cuando sufrió, o tuvo dificultades, lo asumió para salir adelante.

Hija, esposa, madre y nieta de militares

Carmen Cózar es hija, esposa, madre, nieta y cuñada de militares, todos de origen gaditano. El primer Cózar llegado a Cádiz, su bisabuelo, no lo era. Antonio de Cózar Morales llegó a mediados del siglo XIX, desde el pueblo malagueño de Algatocín, cuando tenía 16 años. Fue un personaje interesante, cuya biografía ha documentado Carmen. Estudió en el Seminario y en el Instituto Columela. Tuvo como profesores a los krausistas Alfonso Moreno de Espinosa y Romualdo Álvarez del Espino. Esos principios los llevó a la Institución Gaditana, un centro que fundó en la calle Sacramento, donde se educaron muchos hijos de la burguesía liberal. Además de ser maestro y licenciado en Filosofía y Letras, Antonio de Cózar estudió Medicina. El abuelo y el padre de Carmen también fueron médicos, y además de la Armada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario