Como cada 23 de octubre mi madre nos cogía de la mano para llevarnos hacia El Cerro para celebrar al modo y manera de La Isla de siempre el día de nuestros copatronos.
Recuerdo que en mi infancia octubre era ya un mes recio donde el frío impregnaba todo. Íbamos abrigados con nuestros abrigos de paño azul o pelliza gruesa para protegernos de la gelidez que abarcaba los cuatros costados.
Recuerdo que en nuestras manos unas bolsitas de frutos secos o de frutas de temporada...
Recuerdo un día eminentemente nuestro, de La Isla, de todos...
Hoy son solo recuerdos porque hace años y por obra y gracias de esas "privilegiadas" mentes "pensantes" cambiaron de día la festividad local pasando del 23 de octubre al 24 de septiembre. Cambiaron una Fiesta muy nuestra por otra de nuevo cuño que al final "ni chicha ni limoná".
Hoy reinvindico el "Día del Cerro", el de siempre, el de nuestra infancia y juventud, el de La Isla, el de la Bicentenaria e Invicta Ciudad de San Fernando.
Jesús Rodríguez Arias
EL DÍA DEL CERRO
Justamente
hoy domingo celebramos la festividad de San Servando y San Germán donde desde
siempre se ha conocido en La Isla como el “Día del Cerro”.
Permitidme
que cierre los ojos a mí ya cada vez más lejana infancia y me deje llevar por esos
recuerdos que alimentan el alma más que otra cosa.
Octubre por
aquellos años era un mes frío donde a los niños nos ponían abriguitos de paño
azul o recias pellizas para combatir la gelidez que aquí se percibe más gracias
a la humedad que cala hasta los mismos huesos.
Cada uno en
sus casas ya había preparado ese cestillo o bolsa con los correspondientes
frutos secos o frutas de temporada que eran las que había en el Mercado. Antes
se comía lo que el campo daba en cada tiempo y no lo que los invernaderos y
congeladores industriales nos ofrecen en cualquier época del año. Antes la
fruta era fruta y hoy simplemente un clon que se parece en color y forma aunque
nunca en sabor.
Este día era
familiar por excelencia y todos nos encaminábamos llenos de expectante ilusión
y alegría hacia el Cerro de los Mártires, lugar donde más o menos dice la
tradición que fueron sacrificados los copatronos isleños, y allí en la vieja
ermita nos congregábamos para rezar a los santos mientras cada uno cogía
posiciones donde comer las viandas en medio de risas, recuerdos y
conversaciones con los demás vecinos pues una de las tónicas de ese día era el
de compartir todo con todos.
Era el 23 de
octubre una de las fiestas locales que mantenía esa esencia que todavía se
mantienen en los pequeños pueblos como es la Fe y la Tradición. Era un día muy
de La Isla, muy nuestro, que se mantenía invariable en el calendario de cada
familia de generación en generación.
Pero eso fue
cambiado hace ya algunos años porque las mentes pensantes de aquél entonces
decidieron eliminar de un plumazo una fiesta eminentemente local y llena de
tradición religiosa para sacarse de la manga una de esas “panaceas” que solo
los elegidos son capaces de captar como es la conmemoración de las Cortes
Constituyentes. Se pasó del 23 de
octubre al 24 de septiembre la fiesta local y aunque al principio lo llenaron
de actividades para el pueblo donde se ofrecían alternativas culturales,
festivas, degustaciones gratuitas y hasta una “procesión cívica” que era una
forma de “ganarse” la aprobación de los vecinos que no veían claro el por qué
de dicho cambio. Nos ofrecieron una fiesta con vistas al mundo por una
festividad muy de nosotros que pasaba de padres a hijos.
Ahora que el
23 de octubre lleva años desprovisto de carácter de fiesta local se mantiene
algo de lo que fue gracias a la implicación de los vecinos de la zona, de la
misma Iglesia del Buen Pastor, de la colaboración del Ayuntamiento de San
Fernando aunque ya no es lo que fue ni tiene el sabor de pureza que tuvo en
antaño.
Este año cae
en domingo y coincide en su día la celebración pues en otras ocasiones se varía
según el más próximo a dicha festividad.
Soy de los
que no estoy para nada de acuerdo del “cambiazo” entre una fiesta local y otra
pues mientras en la del Cerro se mantenía una de nuestras tradiciones, aunque
fuese muy nuestra, en la que se “inventaron” con grandes pretensiones terminara
con el pasar de los años en “localista” sin más.
El 24 de
septiembre además de una bonita y céntrica calle es un hecho histórico que
cambió a España y el 23 de octubre ha sido y será para los que ya lucimos con
orgullo canas y alguna que otra arruga el Día del Cerro, el de los cestitos o
bolsas con frutos secos o de temporada, de convivencia, amistad y de abrigos de
paño azul o pelliza de recio tejido. Además es el cumpleaños de mi querido
hermano Leo López Carrasco y ese motivo redunda para mí, más si cabe, la
festividad de esta fecha tan nuestra, tan de La Isla.
Jesús
Rodríguez Arias
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