jueves, 27 de octubre de 2016

EL COACHING CRISTIANO: 5 HERRAMIENTAS EFICACES PARA ACOMPAÑAR Y EVANGELIZAR HOY, SIN SER MANDONES

Religión en Libertad

El coaching cristiano: 5 herramientas eficaces para acompañar y evangelizar hoy, sin ser mandones

Pablo J. Ginés/ReL

"En el coaching no decimos a las personas lo que deben hacer ni qué pasos seguir", explica Félix Ortiz, que es coach profesional y, además, pastor evangélico en el barrio barcelonés de Bonanova.

Ante él, toman nota docenas de líderes católicos apasionados por la evangelización en el Encuentro ENE 2016 del pasado mes de julio, en Salamanca. "En Juan 10, Jesús dice 'mis ovejas oyen mi voz y la reconocen', y que es el Espítitu Santo quien nos enseñará todo lo que Él ha dicho. En el coaching cristiano animamos a que la gente conecte con el Espíritu Santo para que Él guíe e ilumine". 

El coach cristiano conduce a consultar al Espíritu Santo. Pero no siempre es fácil entender al Espíritu Santo. Entonces el coach realiza el mismo papel que el sacerdote Elí en la historia de la vocación del joven Samuel (lo que demuestra que hasta en el mundo protestante se reconoce la necesidad de mediadores, o acompañantes, y que no basta eso de "hablo directamente con Dios"). 

El joven Samuel sirve al sacerdote Elí. Por las noches, cuando duerme, Samuel oye la voz de Dios ("Samuel, Samuel"). El muchacho no entiende qué pasa. Necesita al veterano Elí, que le dice: “Samuel, responde a esa voz 'habla, que tu siervo escucha'". Samuel no da una hoja de ruta, pero enseña a escuchar a Dios.

"El Espíritu vive en los bautizados y Cristo dice que sus ovejas oyen su voz", insiste Félix Ortiz. "Pero a veces es difícil discernir: Samuel no tenía claro quién le hablaba, es Elí quien le ayuda. Un coacher es como un Elí, ayuda a escuchar. Podemos ser entrenados para escuchar la voz de Dios. Y no sólo los pastores. Una congregación puede ser capacitada para escuchar la voz de Dios. Así será una congregación madura en Cristo, que sabe escuchar y actuar, y no unos feligreses dependientes de su pastor". 

Herramientas de coach paera evangelizar
Féliz y su esposa Sara, casados desde hace 37 años y con dos hijos ya crecidos, emplean herramientas de coach en su evangelización y están encantados de compartirlas con católicos o evangélicos. Tienen cursos de 12, 16 y 32 horas "que sirven en lo profesional y en lo pastoral". Eso sí, avisan: "no nos copiéis al pie de la letra, tomad los principios". 

El coaching tiene 4 elementos que lo definen: 

1) Es una conversación, no es un monólogo ni una predicación; se habla, se escucha, se hace hablar al otro

2) Se construye mientras se desarrolla, no tiene hojas de ruta invariables y cerradas

3) Es continuado: no es una sesión, ni encuentros esporádicos

4) Tiene una intención, un objetivo: por ejemplo, adelgazar, o controlar la ira, o discernir la vocación

El coach no es mandón ni da órdenes. El coach no se desanima cuando sus pupilos cometen errores. Es un acompañante que anima, escucha y clarifica. 

"Un pastor no es responsable de la vida de la gente, el responsable es Dios", explica Félix. "Nosotros como pastores buscamos que las personas contacten con Dios para que Él los conduza y oriente. Sus ovejas escuchan su voz. Entender esto es una liberación para un pastor. Pablo planta, Apolo riega pero solo Dios da crecimiento. El coaching aumenta la percepción de las personas (les ayuda a ver mejor, tambien a ver mejor lo espiritual), les hace responsables de sus vidas, les ayuda a establecer metas, ayuda a establecer cursos de acción para lograr las metas, capacita y acompaña para alcanzar las metas y aporta una rendición de cuentas al final. Rendir cuentas es algo que Jesús pedía: cuando enviaba de dos en dos a sus apóstoles, luego les preguntaba: ¿cómo os fue? ¡Contadlo!" 

  Félix Ortiz y su esposa Sara en el Encuentro de Evangelización ENE 2016 de Salamanca

El coaching cristiano en una fórmula
Félix y Sara plantean una fórmula: ES (DxAxR)-T.

Que significa que ES (el Espíritu Santo) da luz a la persona para Descubrir (D) un reto, la voluntad de Dios, una orientación. Ese descubrimiento (de vocación, de misión) hay que convertiro en AxR: es decir, en Acción con Refuerzo (repetición, perseverancia). El resultado será la Transformación. Y el coach acompaña en todas esas fases.

Se puede aplicar a algo mundano, como el esfuerzo por adelgazar, o algo espiritual, como el esfuerzo por tener una vida de oración estable, disciplinada o nutritiva.

"A unos lo que les cuesta es escuchar a Dios; a otros lo que les cuesta es establecer el plan de acción, y a otros les cuesta el refuerzo, la perseverancia, la repetición...", constata Félix. Para eso está el coach.

Las 5 herramientas del coaching
Las 5 grandes herramientas del coaching son estas:

1- Escuchar
2- Preguntar
3- Establecer metas
4- Aportar Retroalimentación
5- Proveer Refuerzo y Seguimiento

1. ESCUCHAR
En el mundo de empresa (y más aún en el eclesial) el gran problema de los líderes, dice Félix, suele ser el "sabelotodismo", que "consiste en creer que ya no necesitamos escuchar a la gente, a los feligreses, por ejemplo, porque como líderes creemos que ya sabemos lo que la gente necesita. Pero ¿el líder es el que debe dar la solución a la gente? ¿Eso es liderar?" 

Escuchar, insiste, es el deber del cristiano y del líder cristiano. "Tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de lo que hablemos. Al escuchar ayudamos al otro a ordenar sus ideas. Y Dios recrimina a Israel que no escucha. Un pastor debe escuchar a su pueblo. La escucha es hospitalidad espiritual, es acogida, dice Nouwen". 

2. PREGUNTAR
Un ejemplo de coaching lo da Dios en Génesis cuando pregunta a Adán después de la caída. ¿Es que Dios no sabía lo que había sucedido? Claro que sabía, pero la pregunta es ¿se da cuenta Adán?

El método para que Adán entienda, para que tenga perspectiva, es hacerle preguntas: "Adán, ¿dónde estás?” Y, más adelante en la Biblia: “Caín, ¿dónde está tu hermano?”. Y Dios hace mil preguntas a Job. Y Jesús plantea al ciego: “¿Qué quieres que haga por ti?”Jesús quiere que la persona se encare con sus valores y prioridades. “¿Vosotros quién decís que soy yo?” Son preguntas abiertas que hacen reflexionar, no son preguntas de “sí o no”. 

Un coach hará preguntas como "¿desde qué otro ángulo podrías ver este reto?", o "¿qué paso práctico, por pequeño que sea, podrías dar para avanzar o mejorar?" o "¿por qué crees que las cosas han ido así?"

3. ESTABLECER METAS
Una meta no es un deseo. Una meta es Medible, Alcanzable, Relevante, Temporal y Específica (abreviado como MARTE). 

También es algo sobre lo que tenemos capacidad de ejecución, algo que nosotros podemos realizar.

Félix pone un ejemplo de tipo espiritual. “Le digo a un joven: qué te gustaría ver este año en tu seguimiento de Jesús?” "Quiero tener más santidad". "Vale, ¿y en concreto?" “Que la luz del Señor viva en mí y me ilumine más”. “¿Y en qué área de tu vida: familia, novia, estudios, trabajo…?” Ya fue concretando: "lo profesional". "¿Más en concreto?" "No siempre tomo en cuenta el Evangelio al tomar mis decisiones laborales… Quizá podría pararme y orar antes de tomar una decisión laboral. "¿Eso es lo que te gustaría? Vale, ya hemos concretado más: es una meta". 

Ejemplo de meta: “Antes del primero de octubre de 2017 comenzaré un trabajo pastoral con estudiantes internacionales en Barcelona reuniéndome con ellos con una frecuencia mínima de una vez al mes”. No es un deseo o aspiración, es una meta concreta, aterrizada, algo que se puede hacer.

Otros ejemplos: “Quiero volver a hacer mi hora de gimnasia diaria al menos 4 veces por semana y retomar el hábito antes de septiembre”. O bien: “Quiero volver a recibir la revista Magníficat y orar con ella al menos un rato cada día, quizá para septiembre”.

4. APORTAR RETROALIMENTACIÓN
La retroalimentación implica repensar si lo hacemos bien. Todos tenemos puntos ciegos, aspectos de nuestra vida que no vemos pero otros sí ven. El coaching busca aportar “autoretroalimentación”, que tú mismo puedas “retroalimentarte”. Para eso bastan 4 preguntas: Qué hago bien, qué otra cosa hago bien, qué podría mejorar y qué querría hacer distinto.

Por ejemplo:

- ¿Qué estás haciendo bien?
- Predico bien, tengo buena estrategia…
- ¿Qué más haces bien?
- El trato con jóvenes se me da bien.
- ¿Qué podrías mejorar? 
- Reunirme mejor con los líderes…
- ¿Qué te gustaría hacer diferente?
- Me gustaría ser más organizado y planificado… 

Una reunión de catequistas, del consejo parroquial, del grupo evangelizador, de Cáritas parroquial, podrían empezar con esas 4 preguntas: siempre aportarán luz. 

5. REFUERZO Y SEGUIMIENTO
El coach acompaña, como Elí a Samuel, con una serie de herramientas de seguimiento. Los pastores y responsables pueden ser entrenados para escuchar a Dio, y ellos deberían enseñar a sus ovejas y colaboradores a escuchar a Dios. Todo eso lleva a la madurez de los cristianos, a tener ovejas "altamente entrenadas". O como dice con humor el padre James Mallon, uno de los grandes impulsores de la Nueva Evangelización: "ovejas ninja", es decir, cristianos bien equipados y activos.

Félix Ortiz ha publicado un libro junto con Keith E.Webb titulado El modelo coach para líderes juveniles (en www.editorialvida.com), que en realidad sirve para evangelizadores de todo tipo y en todas las edades. Muchas ideas y principios pastorales de ese libro se pueden aplicar en cualquier apostolado cristiano. 

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