sábado, 11 de junio de 2016

* MI PRESENTACIÓN DEL LIBRO "DE PROFUNDIS" DE JUAN ANTONIO CARRASCO LOBO EN SAN FERNANDO.



Fue ayer viernes un día repleto de emociones y reencuentros tal y como he dicho en anteriores artículos y publicaciones.

Terminaba este con una cita ineludible y deseada como era la presentación oficial del primer libro de mi querido amigo y hermano Juan Antonio Carrasco Lobo: "De profundis. Relatos y poemas de un hijo pródigo" en San Fernando.

La cita era a las ocho de la tarde en el Molino de Mareas del Zaporito. Lugar histórico de nuestra bendita Isla de León.

Ayer viernes en San Fernando se respiraba cultura pues fue un día cargado de actos en torno a la Feria del Libro instalada en la Plaza de la Iglesia.

Y allí nos reencontramos buenos y viejos amigos no tanto por la edad sino por la luenga amistad que nos une.

En el abrazo que nos dimos Juan Antonio  y yo quedó parado el tiempo y parecía que éramos esos dos chavales, dos jóvenes cofrades del Lunes Santo, que nos encontrábamos y nos poníamos a conversar de nuestras respectivas cofradías: Afligidos, la mía, y Ecce-Homo, por arte de Juan Antonio.

Allí delante del Molino restaurado y puesto de nuevo en valor nos encontramos con sus padres, familia, esposa e hijos.

También pude saludar al Hermano Mayor de la pastoreña cofradía de Ecce-Homo, D. Antonio Foncubierta, que iba acompañado de hermanos muy significativos de aquella querida Hermandad y con los cuales me unía también honda amistad con algunos de ellos.

Llegaron mis queridos hermanos Jesús Bustamante Morejón y  Pedro Mejías que también les une gran amistad con el autor de la obra que se iba a presentar así como mi buen amigo y hermano en la Fe y Resurrección del Señor, Iñaki Bermejo, Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de San Fernando así como escritor. También me dio mucha alegría saludar a María del Carmen Roa, concejal del Grupo Popular de la Corporación Municipal.

Y en medio de este querido y respetable público empezó un acto que quedará sobre todo para la memoria de Juan Antonio Carrasco Lobo, como autor, y también la mía ya que él quiso desde el principio que fuese mi humilde persona quien hiciera la presentación de su obra en nuestra bendita Isla de León. Utilizando términos taurinos de los que a mi me gustan: ¡Fue un auténtico honor darte la alternativa en tan noble plaza!

Y ahora os dejo el texto íntegro de mi presentación para que la leáis y tengáis tanto los que nos acompañaron como los que no pudieron asistir.

Con un fraternal abrazo.

Jesús Rodríguez Arias

Nota: Al final del día el último de los reencuentros: Con mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario donde se escribió íntegra dicha presentación.


MI PRESENTACIÓN DEL LIBRO "DE PROFUNDIS"
 RELATOS Y POEMAS DE UN HIJO PRÓDIGO EN SAN FERNANDO




Tras hacer una breve semblanza del autor pasé a la presentación propiamente dicha y que escribo a continuación:


Pienso que el escritor es en alguna manera un creador que va construyendo “castillos en el aire” tal y como nos canta ese argentino bueno enamorado de esta Madre Patria llamada España como es Alberto Cortez.

Y entre la letra de esta mítica canción, los poemas y relatos contenidos en el libro que hoy se presenta voy a realizar mi personal, y por tanto intransferible, presentación de mi querido y buen amigo Juan Antonio Carrasco Lobo y su obra.

Comienza Cortez con su envolvente voz:

Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre,
y los demás dijeron, “¡Pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!.

¿Imposible?

Juan Antonio en una breve psinosis que me envió para que comprendiera lo que él ha querido plasmar en su primer libro, en su poemario, dice literalmente “que es un libro que contiene lo que es, su experiencia y la forma de ver la vida a través de los escritos”.

¡No sabes cuánto te entiendo mi querido amigo! Porque esos escritos son en alguna manera nuestros “castillos en el aire”.

Decía Isabel Allende: “Para mí la vida se convierte en realidad cuando escribo sobre ella. Lo que no escriba es borrado por el viento del olvido”.

Y prosigue Alberto:

Más él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Continuo esta presentación que la he enfocado como un diálogo entre este cantautor hispano-argentino y mi querido Juan Antonio Carrasco que al fin y a la postre son dos poetas en la que como una buena charla entre amigos me una en un momento determinado a esta tertulia imaginaria como esos “castillos en el aire”.

“El amor es un tema presente porque, aunque digan que es algo manido, nunca pasará de moda. (…) Pero el amor es un sentimiento        que ni el mejor de los escritores ni el más brillante de los científicos podrán explicar...”.

Y construyó, castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

“Poemas como “Besar a versos” o “Breve poema del amor perfecto” representan el cambio en su planteamiento lírico: Jugar con las palabras, encadenarlas, hacer una poesía fluída y que intente enganchar. Otras, forman parte de sus inicios en esto de la rima”.

“Azahar”, con sentimiento cofrade, “Campanas de mi barrio”, “Confesiones del hijo pródigo”, ese guiño a Cádiz en “Eres”...

Y Juan Antonio siguió abriendo ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas,
que tiene mucho que ver con el amor.

Ese amor que para el autor de este primer libro es el cordón umbilical en toda su obra poética que hoy se viste de largo ante todos vosotros y de la que él se desprende para que nosotros la gocemos y disfrutemos.

“El amor es... es la mayúscula de los sentimientos, la cursiva de los momentos, la negrita de los tormentos, el deseo subrayado”.

Ese amor que impregna los sentidos y corroe al que no lo tiene ni lo podrá tener nunca por su soberbia.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
“No vaya a ser que fuera contagioso...”
tratar de ser feliz de aquella forma.

… Ser feliz de aquella forma que asombra al mundo y enardece a los mediocres que nunca llegarán a nada y tampoco pueden permitir que “otros” lleguen.

Ser feliz siendo hijo pródigo, escritor, poeta...

“Embelésate de lo que te rodea, y rodéate de lo que te embelesa, porque para saber apreciar la belleza, créeme, y te creo querido amigo, es como escribir un poema”.

La conclusión, dicen, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura,
a convivir de nuevo con la gente,
vestido, vestido de cordura.

Sí, un loco peligroso que va por libre, que camina por esos senderos que pocos comprenden, que nadie entiende, que muchos anhelan.

Eres un loco peligroso, querido Juan Antonio, que no te importa que te condenen por tu chifladura, que convives pero no como quiere la gente porque tu cordura, hermano mío, es tu cordura.


Sólo un loco con una sensibilidad a prueba de todo dolor, abandono, aislamiento, desprecio, lágrimas derramadas en esos arrecifes de la vida que se conjugan con esa clase de amor que no admite dudas, que sabes que existe pues lo sientes a diario, ese amor que está por encima de consideraciones sociales, interesados intereses, de aprecios prostituidos...

Sí, un loco como tú, como yo, como tantos a los que esos querrían vestirnos de la cordura que ellos proclaman en el delirio de su histriónica locura.

Sólo un loco con alma de poeta puede sacar “La fórmula, magistral, de la felicidad”.

“Resta problemas, divide desilusiones..., al desasosiego lo multiplica por menos noches sin sueños..., al dolor le sustraes las espinas..., cuando el resultado de cero empieza a sumar... multiplica alegrías, despeja las equis de tus miradas...

Cómo bien dices “en esta vida todas las operaciones son válidas y hay que aprender a combinarlas”.

¿Loco? ¡No, poeta!

Poeta por construir castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

¿Pero quién puede hablar de la razón tal y como la entendemos si hablas de una lágrima o eres capaz de besar a versos?

¿Quién puede hablar de cordura echándole un solo vistazo a Cádiz? “Eres” es un piropo lleno de cadencias de un corazón enamorado de esa vieja Tacita siempre de Plata con tres mil años de historias en la propia historia.

¿Quién puede hablar de razón cuando uno a cientos de kilómetros de distancia puede escuchar a base de recuerdos las “campanas de mi barrio”? Solo un “chiflado” como tú querido Juan Antonio eres capaz de hacer “sádica la poesía”.

Y por abrir ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color,
y convocar al duende de las cosas
que tanto y tanto tienen que ver con el amor.

Tus relatos, que se comprenden en tu primera obra literaria, también tienen mucho que ver con el amor...

Cuando leáis “el médico”, “el pacto”, “el mantón”, “el deseo”, “la lectora”... lo comprenderéis. Te debo reconocer delante de todos que este relato titulado “La nota” me ha llegado a cautivar. Empieza así: “La esperanza es un camino largo que puede regalarnos nuestras ilusiones o hacernos caminar indefinidamente”. El argumento engancha y su desarrollo es emocionalmente impecable. Hay que tener una imprescindible sensibilidad para hablar de una nota que el autor se encontró en Sevilla muy cerquita del Arco de la Macarena y que decía así:

“Busco corazón roto que quiera darse una nueva oportunidad. Ofrezco sinceridad y amor”.

La verdad querido Juan Antonio que esta presentación ha sido la que más dificultad me ha presentado pues durante largo tiempo la inspiración me abandonó y no daba pie con bola para poder transmitir lo que sentía y me decían cada verso.  Virtuales cuartillas abandonadas en la papelera de reciclaje y mi mente en blanco, mis pensamientos en tu libro y sobre todo en ti porque no quería defraudar la confianza y el honor tan inmenso que me has otorgado al proponerme como tu presentador y la de tu primer poemario.

“Escalofríos”, como los de tu poema, enervaban mi ánimo y mi piel al deleitarme con tu primer libro. Publicación que nos dice a todos: ¡Sé poeta! En la que nos haces una exhortación cuando nos dices: “La vida no siempre es poesía, pero la poesía siempre es vida”.

Es “Inexplicable” lo que puede ser para un poeta como tú “La promesa” o ese “Poema inacabado” que son “versos eternos de final incierto que quedan en el limbo, cual cruel destierro” o la “Rabia” del “Tiempo relativo” que son “Sentidos y sentimientos” que nos inquieres cuando dices “Despierta” porque dura lo que dura “Un breve instante” como es saborear ese primer café cuando escuchabas las campanas de la Iglesia Mayor de nuestra bendita Isla de León o esas “Hojas” que caen de las ramas de los árboles, que pasan y las pisan como si no existieran en una mañana fresca, tranquila mientras disfrutabas del “beso reconfortante de un café vespertino”.

Sí, Juan Antonio he disfrutado como el pequeño que nunca he sido leyendo, masticando, saboreando este primer libro que hoy tenemos en nuestras manos.

Te prometí una presentación única y muy personal pues cuando escribo no digo nada de lo dicho antes por respeto a ti, como amigo, hermano y autor, así como a las personas que hoy han venido a acompañarte y disfrutar con lo que tienes que decir que es mucho más de lo que recogen estas páginas.

Pienso que “De Profundis”. Relatos y poemas de un hijo pródigo es esa hermosa “casapuerta” que da entrada al mismo corazón de Juan Antonio Carrasco Lobo.

“Confesiones del hijo pródigo” es una forma muy intensa de “Amar en la distancia”.

Acaba aquí la historia del idiota
que por el aire, como el aire libre,
quiso volar igual que las gaviotas...,
pero eso es imposible..., ¿O no?

¡Por supuesto que no!

Porque no es idiota quien marcha en busca de sus sueños, quien de otros lares hace su casa, quien vive recordando aquél recuerdo, quien se va pero que nunca marcha.

¿Idiotas? No, ciegos son los que permiten con sus obras, silencios y palabras a los que un día se fueron como hijos pródigos no puedan ni siquiera volver a casa.

Sólo un corazón noble, que siente como el tiempo pasa, puede decir lo que Juan Antonio ha escrito a modo de “confesiones del hijo pródigo” y que solo haré mención a una leve pincelada: “He aprendido a mirar atrás solo para no olvidar; he sabido que ya no soy hijo pródigo, que estoy donde debo estar. He liberado mi corazón de las cadenas de la falsedad.


Sin más os dejo con mi amigo, hermano, con el escritor, el poeta, el cofrade, el que se pierde por La Isla de siempre, el Cádiz eterno o la Sevilla de nuestros mayores, el autor de este primer libro, este inmenso poemario, que lleva por nombre “De profundis”, relatos y poemas de un hijo pródigo, de ese eterno soñador, del  opinador, articulista, de ese hijo pródigo que con este libro vuelve a casa no para que le maten el ternero cebado en medio de una fiesta sino para ofrecernos a todos lo que lleva en su corazón.

No me entretengo más ni os entretengo más: Con vosotros y tiene la palabra este “Soldado de letras” mi querido y siempre admirado: D. Juan Antonio Carrasco Lobo.


 Jesús Rodríguez Arias 






No hay comentarios:

Publicar un comentario