lunes, 27 de junio de 2016

CAZA DE ALBINOS



En las últimas semanas la prensa internacional y las organizaciones de derechos humanos se han hecho eco del asesinato de albinos en Malawi. Incluso el presidente del país, Peter Munthalika, ha hecho un llamamiento a todas las confesiones religiosas para que prioricen la protección y defensa de los albinos, y a las Fuerzas de Seguridad para que sean efectivas en perseguir este crimen. La pasada semana el juzgado de Mzuzu, en el norte del país, sentenció a prisión de por vida a un hombre de 33 años acusado de intentar matar a un niño albino de 11 años.
Se estima que en Malawi hay más de 7.000 albinos, niños, mujeres y hombres que sufren la estigmatización de su propia gente y del entorno. Hasta ahora el sol, los problemas de la piel y la ceguera eran sus problemas, pero desde hace unos años la brujería se ha convertido en su enemigo número uno. Quienes practican la brujería (ahora prohibida en Malawi) creen que los huesos de los albinos contienen oro y que al ser usados con fines mágicos traen riqueza a quienes los utilizan. De ahí que la caza de albinos se haya convertido en un drama nacional, porque son presas fáciles para la gente sin escrúpulos que ve en ellos un camino rápido para alcanzar fortuna. Los niños y las mujeres son los más afectados; los primeros por su indefensión, las segundas porque son violadas y matadas.
En el último año y medio 18 albinos han sido asesinados. Otros simplemente han desaparecido. Muchas tumbas donde estaban enterrados han sido profanadas para conseguir sus huesos. Quienes tienen albinismo, ausencia o disminución de melanina, viven en estos momentos atemorizados y no frecuentan los espacios públicos porque tienen miedo de ser secuestrados.
A una de nuestras misiones llegaron hace 15 años dos gemelos. Su madre había muerto en el parto y habían decidido enterrarlos con ella, pero alguien de la familia se apiadó y optaron por abandonarlos en el bosque. Al final los llevaron a nuestro centro: uno de ellos es albino, el otro no. Los dos están bien, uno no es buen estudiante, el otro, el que tiene albinismo sí, y tiene sueños, piensa en su futuro y en lo que podrá llegar a ser. En este país, como en tantos otros en el mundo, se sigue discriminando y utilizando la magia y la brujería como arma para atemorizar, secuestrar y asesinar.
Mercedes Arbesú
Misionera de María Mediadora. Malawi

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