… Viene del artículo anterior… En aquella
época el Ayuntamiento de la isla de León crecía casi paralelo a la hermandad y
era habitual, las relaciones entre ambas corporaciones. Y como consecuencia de dichas
relaciones, tal vez el citado hermano mayor, fue concejal del Ayuntamiento de
San Fernando. Y al mismo tiempo, administrador de los montañeses afincados en la Isla.
Montañeses que unidos construyeron un gran
edificio conocido como -La Unión Montañesa- tristemente derribado y convertido
en un bloque de viviendas en la Plaza del Santo Cristo, hoy de la Vera-Cruz,
que fue el lugar de encuentro y acogida de todos los montañeses. Dicho señor,
falleció a los 82 años de edad aquí en la Isla que le acogió.
En la Unión Montañesa (por cercanía a mi
domicilio) tuve la dicha primero, de
jugar siendo niño en los jardines que rodeaban al citado edificio. Y más tarde
convertido en mayordomo de la hermandad de los Afligidos; organizar en sus
salones con mis compañeros, el refrigerio que se les daba entonces según la
costumbre, a los penitentes y cargadores una vez recogida la procesión.
No en vano, su razón obedecía a que nuestro hermano mayor,
Manuel Girón Cortijo, era hijo de un conocido montañés de la ciudad, que tuvo
frente a la antigua estación de ferrocarril -hoy apeadero- un bar, restaurante
y pensión llamada, ‘Buenavista’.
Pero volviendo al hallazgo del Nazareno, a su cara y a las manos. No puede decirse otra
cosa que nos lleve por razones obvias a
decir, que se trata de una obra de autor anónimo si bien su antigüedad se sitúa en el Siglo XVIII.
Y aunque su procedencia seguramente sea de
cuna italiana y más concretamente, perteneciente a la escuela de los maestros
genoveses. De cuya escuela hay vestigios de algunas imágenes y de varios artesanos
aposentados en Cádiz y en la Isla, como los hubo también en el Arsenal de la Carraca, pero no
existiendo documentación que lo acredite, muchas son las especulaciones en torno a este
hallazgo entre otros.
Sin embargo, debo hacer alusión respecto a los
argumentos y a las frases sentenciosas como no podía ser de otra manera, ni
pronunciada con mejor tino, que por otro, que no fuera nuestro prominente
historiador, Fernando Mósig Pérez, al referirse a la leyenda, manifestando que
ésta, es una cuestión más devocional que histórica y así parece que debe seguir
siendo.
Leyendo al prestigioso historiador sobre la referida leyenda en su magnífico
libro sobre -la Historia de las Hermandades de la Isla- creo que puede
adivinarse que tanto en Cádiz como en el Arsenal de la Carraca se supo captar los vestigios de
los modelos genoveses.
Y sobre la talla de la cabeza y de las manos
encontradas y su posterior cuerpo, hay autores que discrepan; unos se inclinan
a que fueron hechas de madera de pino flandes y en cambio otros opinan que fue de
madera de cedros. O tal vez se emplearon ambos materiales uno en su origen y
otro en su restructuración.
Así como su pelo, al tratarse de una peluca
que está sobrepuesta sobre el pelo tallado originario, cuyo dato confirma en
cierto modo, el gusto del pelo natural más que por el tallado, como así era la costumbre que se extendió
durante el siglo dieciochesco.
Hay autores que relacionan también la talla
del Nazareno cercana al estilo de la escuela granadina, basado en el parecido
que tiene con el Nazareno de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), citado también por
Fernando Mósig en su referido libro.
No obstante hay quien la considera
perteneciente a dicha escuela, aunque lo
cierto y verdad, es que su rostro tiene mucha similitud con el de nuestro
Nazareno. Así como bastante parecido con varias imágenes de Cádiz de la misma
época. Y algunas muy próximas a nosotros, incluso dentro de su misma Iglesia
como pudieran ser si nos fijamos bien, en las tallas de San José y de la Virgen
de los Dolores de Servitas.
En cualquier caso parece ser que nuestro
querido Nazareno tiene más de 200 años de existencia y naturalmente ha sufrido varias
reformas, entre otras, una fue la que efectúo nuestro paisano y escultor, Antonio Bey
Olvera, quien le reconstruyó los pies en 1940. Así como la que realizó el
escultor sevillano, Antonio Castillo Lastrucci, que retocó las manos en el año
1953. Y más tarde se sustituyó su cuerpo
que era de candelero; cambiando toda su anatomía como se advierte y queda
reflejada en la figura que posee inclinada actualmente. Siendo el autor de
dicha obra el también imaginero sevillano, Luis Álvarez Duarte, que fue hecha
en el año 1977.
El altar de culto que el Nazareno posee desde
su asentamiento en la Iglesia, se corresponde con el primer altar de la nave de
la derecha o la nave de la Epístola. Y fue adquirido por la hermandad con su
bóveda incluida para los enterramientos como era la costumbre de la época.
Y no podía estar mejor situado, ni tan
cerquita de la puerta para tantos devotos que entran a visitar al sagrario y después rezarle, como
para otros tantos que no suelen pisar la Iglesia con frecuencia, sí al pasar
por ella entran para echarle aunque sea ‘una miradita’, contarles sus penas, rezarle una oración. O pedirle ‘el pan nuestro’
de cada día.
Otro dato histórico que posee esta Venerable
Hermandad a favor de la venerada imagen de su Titular, es la concesión que el
Ayuntamiento de la ciudad le hizo, otorgándole el título de Regidor Perpetuo en
el año 2009.
Sin embargo en los decenios de los años
comprendidos entre el 1820 al 1830 durante el reinado de Fernando VII muchas de
nuestras hermandades y cofradías sufrieron una profunda crisis decadente y
algunas de ellas incluso desaparecieron… Continuará…
José María Vieytes Beira. San Fernando. 09.06.16.
Artículo publicado en el blog SED VALIENTES, por gentileza de Jesús Rodríguez
Arias en el semanario local Informanción
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