En la mañana del viernes 10 de junio fallecía Laura, hija de mi querida amiga Ana Peral.
Han sido unos días de dolor, sufrimiento y mucha oración en torno a una madre que pedía con desgarro que rezáramos para que Dios salvara a su hija, a su niña como ella le dice y decía, porque bien sabía que la vida de su hija estaba en Manos del Señor.
Días en los cuales se ha creado una auténtica cadena de fe y oración en torno a Laura, en torno a Ana, en torno a toda su Familia que a estas horas llora con desconsuelo su marcha.
Nosotros le rezábamos a Dios y Él bien sabía que esta chica había cumplido con creces su misión en la tierra, que es una peregrinación temporal, y que ya le tenía preparada su estancia en la Gloria junto a Él.
Laura ha sido desde niña una persona muy especial, una luchadora que ha ofrecido a todos su gran corazón y ahora su alma disfruta de la Paz y la Alegría que tanto cultivó en esta vida.
Laura quiso que su vida no pasara en balde y que el día que muriese por medio suyo hubiera vida y lo ha conseguido porque con la donación de sus órganos muchos vivirán y así ella está un poco más cerca de todos nosotros pues con este inmenso gesto de generosidad nos ha dicho que la muerte es Vida aquí en la tierra como en el Cielo.
Hoy a mediodía la misma Ana Peral nos daba una angustiosa y triste noticia después del empeoramiento de la salud de Laura el día anterior.
"Mi niña ha fallecido".
Y nos conmocionó a todos. Una cadena de llanto, dolor, consternación y oración se fraguó enseguida con una intensidad insuperable.
Más tarde cuando la tarde caía hacia la noche nos volvía a enviar un mensaje:
"Entre las 11 y 12 de esta noche llegaremos al tanatorio de servisa.
Mi hija, desde su generosidad, ha donado todos sus órganos.
Una vez salga de quirófano iremos allí"
Para después anunciarnos lo que era la pregunta general pues son muchos los que quieren acompañar a Ana hasta el último momento de la despedida de su hija por su paso por la vida tal y como la entendemos.
"Mañana en tanatorio de servisa. 11,30, sepelio por el alma de mi niña".
Otro día cuando mi ánimo y mi corazón se sosieguen escribiré porque hoy solo quiero llorar en el silencio del recogimiento de la oración por el fallecimiento de Laura. Decir que estos días de angustias y del dolor que conlleva la muerte de un ser tan querido mi querida y siempre admirada Ana Peral me ha ofrecido un testimonio de vida, de fe y un aprendizaje de amor en estado puro que no olvidaré mientras viva.
Laura ya habita en la Casa del Padre pues forma parte de los ángeles que adoran al Señor.
Gracias Ana por ser como eres. El desgarro por la muerte de tu hija no puede con tu inmenso Amor.
Hoy en el Cielo está de fiesta porque Laura ha entrado por la puerta grande a la eternidad que es y debe ser nuestro verdadero anhelo.
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario