martes, 6 de octubre de 2015

* DESDE VILLALUENGA: ¡SON LAS COSAS DE ROSARIO!




Día alegre, cálido con sones a marchas buenas que impregnaban un cortejo donde el fervor se unía a la alegría, a los recuerdos, a los pesares, a todo un pueblo.

Día alegre, sencillo, clareado por un sol que nos bendecía mientras la Santísima Virgen del Rosario reinaba toda Villaluenga con el poderío de sus suaves hechuras de Madre entregada en cuerpo y alma a todos sus hijos.

Día donde los jóvenes y mayores de mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario se iban turnando para que la Virgen fuese depositada en sus hombros para ser sus particulares pies con los que caminaría al encuentro de todos.

Día en el cual se echaron de menos a muchos que no pudieron estar aquí disfrutando de su Patrona, de su pueblo, de sus gentes, de parte importante de sus propias vidas aunque en nuestros corazones estuvieron y su recuerdo fueron verdaderas alfombras de flores que se unían a la Santísima Virgen en cada instante de su recorrido.


Día vivido entre la Gran Familia de Villaluenga en torno a nuestra Reina y Madre, Patrona y Alcaldesa Perpetua, la Santísima Virgen del Rosario.

Día de miradas perdidas en ese horizonte que solo ve uno y Ella, día de ojos expectantes, de alegría hecha niños, de jóvenes entregados, de fotografías imposibles, de Amor, mucho Amor hacia Rosario.

Día de Familia, de Amistad, de vecindad en torno a una devoción única como es la que tienen todos los payoyos de nacimiento o de corazón hacia nuestra coqueta y sencilla Virgen.

Día de caminar muy cerquita a Ella, casi rozando el manto que es una forma de cobijarnos en él.

Si algo bueno tiene el recorrer de punta a punta la procesión es que captas todos los sentimientos, todas las miradas que en demasiadas ocasiones van a otro paso que la sonrisa. Recoges una instantánea única que solo tú eres capaz de comprender, escuchas conversaciones mientras todo pasa por delante de ti y me fije en muchas personas, muchos queridos vecinos de mi bendito pueblo, donde en una mirada perdida más allá del Caíllo tenía cobijo sus propios pensamientos al lado justamente de la Madre del Rosario.

Y allí, detrás de Ella, al ladito del manto corredentor, donde caben todos sus hijos, vi a una persona con sus ojos perdidos puestos en Rosario, en sus propios pensamientos, ofrecimientos y emociones.

Esta muy querida amiga que es sonrisa alegre y transparente por donde quiera que vaya en ese instante que queda para mis propios recuerdos me tocó el mismo alma cuando en vez de la simpática sonrisa vi una muy honda emoción y perdida en sus propios pensamientos iba también cobijadita bajo el manto protector de su Madre, la Santísima Virgen del Rosario.

En ese gesto, en esa mirada, en esa transparencia del alma, pude tocar, palpar lo que es la grandeza de la fe.

Fe de esta buena amiga y de todo mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario que me enseña tanto y tanto a diario en mi vida.


Fe, Amor y Devoción cuando Isabel ve pasar a la Santísima Virgen cobijadita en un viejo portal recordando a tantos seres queridos que ya habitan más allá donde se pierde la vista sobre el Caíllo mientras sus hijos, nietos y bisnietos forman parte del cortejo y sus hermanos la esperan sentaditos en su casa, en la parte alta del pueblo.

Y veo Cándida esperando con sus puertas abiertas de par en par a la Virgen del Rosario teléfono en mano para que su hermana lo pueda escuchar.

Y veo a Esperanza, María Jesús, Pepe caminando tras caminar y a cada paso oraciones y recuerdos en la memoria.

Y veo a Miguel Ángel, Mateo, Anna y tantos que no estando, estuvieron.

Y veo a Pepe, el Maestro, apoyado, viendo desde el mismo sitio que su madre veía llegar a su Virgen del Rosario que siempre fue su consuelo.

Y veo Fe, mucha fe, de la honda, pura, auténtica, de la que se toca con tan solo fijarte y ver.

Son las cosas de María,
las que llevamos adentro,
las de la gente sencilla,
la de la Fe de mi Pueblo.

Son las cosas Rosario,
que me enseñas con esmero,
de los que siendo pasado,
nunca jamás se fueron.

Son las cosas de mi Pueblo,
eterno enamorado de María,
entregado por entero,
para hacer grande cada día.

Son las cosas de Villaluega,
maestra en tanto y tanto,
que con poderosa belleza,
nos muestra sus encantos.

Son las cosas de María,
son las cosas de Rosario,
donde el Calvario es una ermita,
y  el Caíllo, nuestro manto.

Cuando apenas quedan horas para que reine durante un día la Festividad de la Virgen del Rosario quiero felicitar primero a María que en su Iglesia “encalá” recibe tanto amor y alabanzas, plegarias y oraciones.

Felicito a todas las que lleven por nombre el Nombre de la Virgen del Rosario que es y será por siempre Reina y Madre de Villaluenga.

Felicito a todos mis vecinos, convecinos, amigos, payoyos sean de nacimientos o venidos de los sitios más remotos que aman a este bendito pueblo del que soy un eterno emamorado.

Dedico cada palabra hoy escrito, como todas las que escribo, a Villaluenga del Rosario, a todos sus hijos, a todos los la aman, a todos los que la eternidad los ha acogido y muy especialmente a mi querida y buena amiga Leti Gutiérrez Benítez porque el pasado domingo cobijadita en el manto de la Virgen, fue cosa de un instante, apenas unos segundos, en tu mirada pude palpar la grandeza de la fe de todo un pueblo.

Con todo mi cariño y un fraternal abrazo,

Jesús Rodríguez Arias




















Texto y fotos: Jesús Rodríguez Arias

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