miércoles, 2 de septiembre de 2015

IGLESIA EN CHINA: "SOMOS UNA IGLESIA"

Ayuda a la Iglesia Necesitada

 



A pesar de los esfuerzos del Gobierno por crear una Iglesia independiente y controlada por la Asociación Patriótica Católica China bajo el principio de “amor a la patria, amor a la iglesia”, la gran mayoría de los fieles y del clero de China se siente en comunión con la Santa Sede. “Somos una Iglesia” repiten todos

AIN.- El 7 julio de 2012, día de la ordenación episcopal de Mons. Thaddeus Ma Daqin como obispo de Shanghai, la Asociación Patriótica Católica China a la cual pertenecía lo tenía todo bajo control, pero algo salió mal. Monseñor Ma desafió la política religiosa al renunciar a todos sus cargos en la Asociación Patriótica y al negarse a compartir el cáliz de la comunión con un obispo excomulgado por la Santa Sede. Por este gesto recibió el aplauso de los fieles y se convirtió en un ejemplo de valentía para muchos sacerdotes y obispos de China. La venganza del gobierno no se hizo esperar. Además de perder su libertad, el gobierno le ha revocado el título de obispo, no así la Santa Sede que lo reconoce como obispo legítimo de Shanghai. 

El partido comunista chino, a través de la Asociación Patriótica pretende crear una Iglesia autónoma e independiente, inconciliable con la doctrina católica. A su vez, este organismo obliga a las personas a asumir actitudes y a adquirir compromisos que son contrarios a los dictámenes de su conciencia como católicos. El catolicismo es considerado como la “quintaesencia de Occidente”, y al Vaticano y al Papa como “potencias extranjeras” que pretenden inmiscuirse en los asuntos internos de China.

Por lo tanto, las personas que no quieren someterse a la autoridad del partido, están fuera de la legalidad y por ello, deben vivir su fe en clandestinidad. Todo esto ha causado mucho sufrimiento. 

En los últimos años la comunidad católica china ha padecido arrestos, detenciones, sesiones de reeducación, destrucción de iglesias, prohibiciones de actividades religiosas, multas y consagraciones episcopales ilícitas. Asunto que mina las relaciones Roma-Pekín desde hace más de 60 años. 

Para el Santo Padre Francisco, igual que para sus predecesores, China es una cuestión prioritaria, En Roma, dos días después de su elección, afirmaba:“Nunca olvido rezar por los católicos de China, que han ofrecido tantos testimonios a la Iglesia Universal”, interés que ha mostrado en varias ocasiones. A su vez, los católicos chinos acogían su elección con entusiasmo uniéndose a la alegría de la Iglesia universal. Algunos recordaban a Mateo Ricci, jesuita italiano fundador de las misiones católicas chinas en el S.XVI y expresaban un deseo. “Papa Francisco, te esperamos en China” En agosto de 2014 el Santo Padre envió sus “mejores deseos” al presidente chino Xi Jinping poco antes de que el avión en el que viajaba sobrevolara por primera vez China de camino a Corea del Sur.

Hay ciertos “signos prometedores” que pueden infundir esperanzas de cambio, pero en la práctica la situación de la Iglesia se ha mantenido igual. Es una situación dolorosa ya que la gran mayoría de obispos, sacerdotes y fieles chinos se sienten parte de la Iglesia universal, así lo expresaba con rotundidad un anciano prelado a Ayuda a la Iglesia Necesitada“Somos una Iglesia. La Iglesia en China es fruto de la oración de toda la Iglesia.Nosotros no hacemos nada. Dios lo hace todo. Necesitamos de vuestra oración. Os agradezco también vuestra ayuda, gracias a ella hemos podido hacer la obra de Dios. Somos una Iglesia”. 


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