martes, 28 de abril de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen». (Evangelio del día). En el seguimiento a Cristo, la clave está en escuchar su voz. En pleno siglo XXI hay muchas voces que hablan, que prometen, que seducen, que distrae, que atraen. Una de ellas es el sincretismo teológico y la nueva era, donde todo cabe y, en aras de un mal entendido ecumenismo, lo aceptamos como un bien, en orden a la tolerancia. Todas estas ideas pueden hablar en nombre de Jesús, pero no todas hablan palabras de Jesús. Y, en este asunto, debemos acoger a la persona pero, en ningún caso, debemos acoger a la idea que promulga. Es verdad que hay que respetar, a la persona, inclusive acogerla con cariño, pero que no implique la aceptación ni la aquiescencia de esas ideas y, menos aún, ofrecer espacios "abiertos" para su desarrollo y reflexión. El cristiano debe saber "filtrar" lo que es bueno para la fe y para el hombre. Por ello se hace urgente "ofrecer" las palabras de Jesús, su mensaje y obra, para que, una vez reconocido, seguirlo con confianza. Nosotros, también, debemos escuchar a Cristo resucitado y, sin quitar todo el valor que tiene el hombre, no dejarnos atontar por ideas extrañas donde se pone al hombre como centro y se "aparca" a Dios. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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