domingo, 16 de noviembre de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos" (Salmo del día). En una lectura rápida de este salmo puede entenderse que Dios es "ordeno y mando" y decreta sus "órdenes". Y en una segunda lectura podemos despejar ese miedo y entenderse en otro sentido. La interpretación más rápida, que no deja de ser cierta, es que hay que temer perder a Dios y que sus mandatos son para regular mi vida. Pero cuando empezamos a "rumiar" y orar la Palabra no sólo nos limitamos a este texto sino que lo enlazamos con otros que se nos viene a la memoria, entonces encontramos un nuevo sentido al mensaje. Quien ama quiere el bien del otro y si yo amo al Señor también debo querer su bien. ¿Y cómo se puede querer el bien del que es Bondad completa?: –amando lo que Él ama–. Y, desde este amor, entenderemos, con claridad su Palabra. Ya Dios no me resulta "temor" ni sus mandatos "órdenes". Sino que anhelo encontrarle y deseo cumplir su voluntad. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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