jueves, 27 de noviembre de 2014

EL VOTO DE LOS HIJOS; POR RAFAEL SÁNCHEZ SAUS.

Diario de Cádiz



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El voto de los hijos

RAFAEL / SÁNCHEZ SAUS | ACTUALIZADO 27.11.2014 - 01:00
EN esta España que tan poca importancia ha dado y da a las políticas familiares nunca se ha planteado la posibilidad de reconocimiento del derecho de voto a los niños, naturalmente tutelado y ejercido por sus padres hasta la edad fijada por la ley. Y sin embargo, desde principios del siglo XX, y con insistencia desde hace unos treinta años, es esta una idea que ronda las cabezas de los políticos e ideólogos de naciones tan avanzadas y respetables como Francia, Alemania o Japón, aunque hasta ahora sólo Hungría se haya decidido a regularla. 

Aunque inicialmente parezca cosa chocante y hasta extravagante, el llamado Voto Demeny por el apellido de su impulsor desde 1986, el demógrafo Paul Demeny, se basa en sólidos principios y argumentos nada despreciables. En realidad, su auge actual, que ha llevado a que en 2003 y 2008 se propugnara y votara, aunque sin éxito, en el parlamento alemán o a que en Japón haya sido objeto de estudios universitarios muy profundos, estaría relacionado con la necesidad de reducir la gerontocracia que amenaza a las sociedades occidentales y dar una atención mayor a los intereses de las generaciones más jóvenes. Los estudios nipones han concluido que el Voto Demeny aumentaría en un 37% el peso del voto de los padres jóvenes y disminuiría en un 35% el de los mayores de 55 años. Los efectos sobre las políticas de educación, medio ambiente y deuda pública, que son los problemas que más gravitan sobre los ahora niños, serían fulminantes. Indirectamente, además, se estaría combatiendo el invierno demográfico que entenebrece el futuro de muchos países, especialmente del nuestro. 

En España, por fin un partido político se ha decidido a incorporar el Voto Demeny entre sus propuestas. Leemos en El Mundo que Santiago Abascal, presidente de Vox, ha anunciado que, como parte del "compromiso con la vida y los valores" de su formación, lo han incluido en el documento programático relativo a la familia, la educación y la natalidad. Es una buena noticia surgida al calor de la gran manifestación por la vida del pasado sábado en Madrid. Otros partidos deberían tomar nota: la ruptura del monopolio comienza a tener efectos positivos en el ámbito de la derecha política y social allí donde más se necesita. Queremos debate de ideas, no encuestas sobre sillones. Ideas, no miedo, para enfrentarnos al presente y construir el futuro.

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