viernes, 23 de junio de 2017

MEDALLA DE TAPADILLO; POR JOSÉ JOAQUÍN LEÓN













Diario de Cádiz
En estas vísperas de la Magna Mariana, la Virgen del Rosario pudo lucir ayer su Medalla de la Ciudad. Aunque quienes se han lucido son los responsables del protocolo del Ayuntamiento. Se la entregaron de un modo impresentable, sin la solemnidad que requería la ocasión. Con Pascual Saturio, prior de los dominicos, poniendo cara de circunstancias, recibiéndola él (que probablemente se merece otra), pero sabiendo que era para Ella, para la Patrona de Cádiz, que es la Madre de nuestra Familia. Un acto triste, que vuelve a mostrar las contradicciones del Ayuntamiento: se ofrece un honor como si les diera vergüenza.
Y, por supuesto, no hay que centrar las críticas en los dos concejales de Podemos que entregaron la Medalla de Oro de la Ciudad de Cádiz como si fuera una pulsera heredada de la abuela. David Navarro y Adrián Martínez de Pinillos son, desde el principio, dos ediles llamados a comerse los marrones, según lo ven ellos; así aparecen en según qué actos capillitas. En uno de ellos, en ese Salón de Plenos, David llegó a decir que era feliz en esas presentaciones de carteles, o algo así. Al menos, si se comparan con los plenos de rivalidad local. Con la Medalla no se le vio esa cara de felicidad.
Ya cuenta en su crónica Pablo M. Durio que asistieron siete concejales y ocho personas del público. Por suerte, hubo cero pancartas. Y no llegará ninguna denuncia a los tribunales. Entregada la distinción, que ya está luciendo la Patrona, se ha acabado este problema, que se ha gestionado de tan mala manera. Algo así pasó con el bastón del Nazareno, cuando el desaire al hermano mayor. Los objetos honoríficos de la Alcaldesa Perpetua y el Regidor Perpetuo no son el punto fuerte del cambio.
Tengamos la Magna en paz. Se organiza, principalmente, para conmemorar los 150 años que cumple la Virgen del Rosario como Patrona. Por eso, saldrán mañana 11 pasos con imágenes marianas de la ciudad, en un sábado que debe ser festivo, y ajeno a las extravagancias típicas gaditanas. Como suele ocurrir en estos eventos, se podrán admirar detalles digamos que insólitos. Y participarán buenas bandas de música. Recuerdo, además, que sólo se puede ver la procesión completa en la carrera oficial. Para lo cual es muy recomendable alquilar sillas. Me refiero a sillas de verdad, previo paso por taquilla; no a las sillas de los chinos y banquitos de playa, que sobran.
De tapadillo y sin invitar le entregaron la Medalla a la Patrona, pero ya la tiene. Eso es lo que hay. Las cosas de Cai. ¡Ay!

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