miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera, se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando». (Evangelio del día). Hoy en día, a la mayoría de los cristianos, les cuesta un poco entender esto de la "sanación" del Señor. Por un lado porque le pedimos un milagro inmediato, no se recibe y nos decepcionamos y, por otro, porque no acogemos, con facilidad, nuestra propia contingencia, limitación y caducidad. Las curaciones del Señor se siguen dando en la actualidad pero, en algunos ambientes, se considera como algo mágico o fruto de alguna oración "curativa" y nada de eso. Lo que si está claro, y no lo digo yo sino Martín Descalzo, es que Jesús no es un "milagrero o curandero", sino que obra el milagro para provocar una conversión. No podemos acudir a Él para que me sane, o sane a alguien, de una enfermedad y luego, "si te vi no me acuerdo". Estoy convencido que toda sanación llega aparejada una misión y un testimonio de conversión. Hace unos días, hablando con una amiga (médico, para más facultad), me decía que estamos acostumbrados a vivir la vida media que dicen las estadísticas y que, cuando salimos de este tramo temporal se nos descuadra todo. Por ello debemos tomar consciencia que nuestra vida tiene fin, más tarde o más temprano, y que, si Dios quiere, puede "alargarla". Pero, y es más, si nuestra vida no tuviera fin, ¿cómo íbamos a disfrutar de la vida eterna? Y, sobre esto último la primera lectura de hoy: «Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado en los cielos». Y no te digo nada el salmo: «Pero yo, como verde olivo, en la casa de Dios, confío en la misericordia de Dios, por siempre jamás». Pues a disfrutar del tiempo que Dios nos conceda y de la gracia de su sanación para su mayor gloria. Santa María de Caná, ruega por nosotros. Dos libros, muy apropiados, para leer: "Llenaré tus días de vida" y "Un día especial", de Anne Dauphine Julliand.

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