CON TODO MI DESPRECIO.

Hoy un buen y querido amigo me ha enviado la foto que aparece arriba de este texto y lo hacía verdaderamente indignado. Le agradezco profundamente que me hiciera partícipe de esta deleznable imagen que está rondando por el mundo cibernético porque para  poder hablar y hacerlo con suficiente claridad, antes debo conocer la situación de primera mano.

Parece ser que cuando no vas en la línea mayoritaria, o al menos eso piensan los que están cegados por su propia soberbia, cuando se defiende otra forma de hacer las cosas que las que están preestablecidas desde hace tiempo aunque no se correspondan con lo originario sino que sea una desvirtuación de lo que en un principio era lo original o autóctono teniendo en cuenta que autóctono en esta querida Isla no hay mucho porque, la ciudad en sí, es una mezcla de culturas y tradiciones que se fundamentan en los orígenes como parte del Departamento Marítimo origen propio de la Ciudad. Por aquí han pasado tantas personas de distintos lugares que nos hemos ido quedando con un poco de ellas.

Evolucionar está soberanamente reñido con los que están anquilosados en el pasado porque para estos siempre fue mejor. Estos que defienden la involución son los que siempre han tenido la “exclusividad” y esos, mis queridos amigos, se ha terminado felizmente. La pesada piedra de la opinión basada en lo “que siempre ha sido” está cambiando para demostrarnos que, aquí, también es necesario una apuesta en firme para demostrar a los “sabios” que la sabiduría, la de verdad y no la impostada, se alcanza aprendiendo de todo y de todos, no resguardándose en tiempos pretéritos que no tienen porque tener prevalencia ni ser mejores.

Cuando alguna persona o Institución realiza las cosas de forma distinta a lo que se nos tiene acostumbrados ,y lo hace sin perder ni romper con la tradición, y para colmo sale todo bien y se escribe en la historia lo que supone un “antes y después”, entonces no se perdona, más bien aparecen los comentarios enardecidos y las críticas más dolosas que terminan en intentar ridiculizar a “esos” que por mantener la línea que siempre han defendido y que, hasta ahora, no habían conseguido los objetivos porque nunca se lo permitieron.

Pero una cosa son las críticas, las diferencias de opinión y otra es la mofa, la ignominia, el reírse de lo sagrado, de nuestra fe y nuestras creencias.

Quiero decirle a esa persona que ha hecho el fotomontaje que preside este post que es un ¡¡AUTÉNTICO COBARDE!!

Le falta honor y todo lo que dignifica al ser humano por intentar “cachondearse” no sólo de la Hermandad y sus hermanos, entre los que me hallo, sino de las imágenes sagradas que representan a Jesús y a María. Además de Cobarde es un Sacrílego y si pertenece a alguna entidad con sentimientos religiosos, y sus rectores lo saben, debe ser expulsado sin consideración de la misma porque, entre otras cosas, ha cometido un delito.

No hiere quien quiere sino quien puede y el autor/autores de tal mamarrachada se pueden considerar por mi parte dignos de lástima porque con sus actos demuestran lo vacío y lo negro que tienen sus corazones.  Los que se ríen con estas “gracias”, no olvidad que vosotros podéis pasar por el mismo tamiz porque para los que no tienen escrúpulos, ni vergüenza se creen que todo le está permitido.

Cuando esto suceda, que sucederá, porque para  estos mediocres no hay respeto por nada ni por nadie, muchos se llevarán las manos a la cabeza y dirán lo que lo ahora estoy escribiendo mientras en estos momentos entonan una sonrisa o comentario jocoso.

¡Qué fácil es meterse, ridiculizar e injuriar a todo lo que huela a cristiano, a los católicos! No creo que tengan este mismo valor para hacer tan ridículo montaje fotográfico con el Islam o con Mahoma porque simplemente, conociendo como se las gastan los que profesan esta religión,  no quedaría de estos ni las pestañas.

En fín, como podréis haber observado sólo es cuestión de valor, de valores, de honor, de creencia, de respeto y si falta todos o algunos de estos elementos suceden estas cosas.

A los que insultan y menosprecian de esta forma les digo y reitero: ¡¡COBARDES!!

Mis queridos hermanos, no entremos en la suciedad del juego que quieren ofrecernos estos que se han dejado vencer por el influjo del Maligno. Recemos por ellos porque son digno de lástima porque, entre otras cosas,  han nacido lelos y han tenido una recaída.

Dice un buen amigo que llamar “gentuza” a quien se lo merece no es un insulto sino un apelativo cariñoso. Pues eso, con todo mi desprecio al autor de dicho fotomontaje le digo que desde ahora le considero: ¡¡GENTUZA!!

Jesús Rodríguez Arias