

El documento establece que todas las entidades aprobadas por la CEE estarán sujetas a los mecanismos de vigilancia, control de cuentas y supervisión conforme al reglamento y que la encargada de ello es la Oficina de Transparencia y Rendición de Cuentas del episcopado. Por norma general, cada entidad deberá remitir a la CEE las cuentas de cada ejercicio económico y podrán ser requeridas para ampliar la información o aclaraciones. Cuando se reciban y analicen los datos, la Oficina de Transparencia emitirá un documento en el que conste dicha rendición, procediendo al registro y archivo. Y si lo estima oportuno, podrá realizar una serie de recomendaciones sobre las cuentas presentadas.
Además, el reglamento analiza de forma particular los casos de las asociaciones públicas de fieles, las fundaciones canónicas erigidas por la CEE y las asociaciones privadas.
Precisamente en el marco de la transparencia y la rendición de cuentas se enmarca la presentación este jueves, a cargo de la CEE, de la memoria justificativa anual que se entrega a la Administración, una acción a la que se han unido la creación de una Oficina de Transparencia, de un manual de inversiones financieras, de un protocolo para prevenir el blanqueo de capitales o del portal de transparencia, que se está replicando en todas las diócesis; y también del citado reglamento o el acuerdo con Transparencia Internacional.
F. O.
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